Esta famosa frase que da título a la entrada —¡ya llegaréis a viejos, ya!— la repite todas las visitas la tía soltera de mi santo, que tiene 88 años. Es una mujer muy viva para su edad, aunque se repite como el asado mal hecho. Pobre mujer. Hoy nos ha soltado que a una vecina de comedor en la residencia, antigua amiga de joven, le quiere decir que como no sale de la residencia y sabe leer muy bien, le podrían poner los hijos Internet y así se entretendría. Mi santo le ha preguntado si es que sabe navegar por Internet y ha tenido ordenadores. Y le ha dicho que no, pero que es muy sencillo. Con 89 años, ¡¡cáscatela!!. Quiere que una amiga de 89 años aprenda Internet. Que no está mal, pero jope, sin saber manejar el mando a distancia del TDT lo tiene un poco crudo. Mi santo cada semana le tiene que ajustar los canales o el sonido de la tele, pues ahora con dos mandos a distancia se lía y toca todo. Le compramos un mando a distancia con cuatro botones, pero aun así y no sabemos cómo, consigue marear al TDT. Menos mal que hemos encontrado el truco de resetearlo. Simplemente quitándolo de la red y dejándolo un minuto sin señal. La tía dice que mi marido entiende mucho y que nadie sabe arreglárselo.
Tiene razón y la recordaré cuando yo esté en un asilo mataviejos. Es una putada ser viejo, que no mayor. Ella nos dice que no se quiere morir pero que no quiere vivir más de 90 años. Nos sonreímos y le damos moral, pero no siempre lo conseguimos.














