Yo también aprendí de un vagabundo

 Cuando la vida aprieta las tuercas una posible salida es leerse un buen libro y pensar. Así que otro libro guapo que ya he terminado. “Lo que aprendí de un vagabundo” de Marta Sarramián.

 Un libro pequeño de 135 paginas, que se lee en una sentada (aunque recomiendo calma) , pero que nos enseña por lo menos durante unos días a ver la vida de otra manera, y que se puede aprender de toda esa gente que aunque sean vagabundos te puede enseñar  muchas cosas.  No es lo mismo vagabundo que mendigo, aunque esto me imagino que ya lo sabríais. Pero el protagonista se afana en decirnos la diferencia para entenderle mejor.

Os lo recomiendo, aunque sé que esto de recomendar libros tiene un valor muy relativo; a mi no me gusta mucho hacer caso a las recomendaciones de lectura, por que cada uno tiene su visión de las cosas. Pero este libro me lo recomendó la dueña de una maravillosa librería de Cambrils y le hice caso. La autora es joven y el libro una lectura de aire fresco. Y el título un acierto para pillarte y comprar.

Vuelvo con deseos de ganar. Creo yo

Aquí estoy de nuevo después de muchos días. Entre que no tenia ganas y que a mi santo se le estropeó el ordenador nuevo y me quito el mío durante quince días, pues eso, que no he escrito, aunque suene a excusas.

Me supongo que muchas y muchos estarán de vacaciones, suerte para el que esté, yo este verano lo tengo bastante movidico. Todavía no habíamos terminado de sacar cosas de las cajas del cambio del piso de mi hija y las tenemos que volver a rehacer, pues la cosa con mi ex yerno no ha ido bien.

El trasplante sí, él esta fenomenal de su enfermedad, ya casi está recuperado, pero ha preferido volverse a casa de su mamá para que lo cuide ella, se conoce que mi hija en este año y medio no ha sabido limpiarle bien las devueltinas, las diarreas, aguantarle el mal genio que se le ponía, y nosotros tampoco hemos hecho nada por él, así que nos ha dejado plantados a todos, por que ya tenia pensado marcharse antes del cambio del nuevo piso, hace tres meses.

En fin, como veis todo un peliculón que tengo en casa, volvemos a estar toda la familia junta que en realidad es lo que queríamos todos. Ya que desde que se independizó le están dando ataques de ansiedad y se ha engordado 40 kilos. No le hecho toda la culpa a él, pero si gran parte de ella, sin contar la tontería que hizo mi hija hace unos días.

Espero que remontemos y que el tiempo lo cure todo. De momento yo lo estoy superando y con la ayuda de mi santo voy levantando la moral poco a poco. Las relaciones tóxicas siempre te llenan de mocos ¿se puede decir mocos en horario infantil?

Estoy en un callejón con salida. Pero no la encuentro

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Sé que no estoy escribiendo, pero con sinceridad no sé qué escribir. Si os digo la verdad mal, muy mal. Si os miento me sentiré mal pues nunca lo hago aquí. 

Mi hija nos ha dado un buen susto. La semana pasada nos dobló la vida, aunque ya está bien. Las decisiones a veces se toman sin pensar, sin valorar consecuencias. Y duele mucho pues es inevitable sentirnos todos responsables. 

Ahora me dicen que no, que no tenemos la culpa. Pero no es fácil aprenderse la lección aunque me la repitan todos. Me la sé, pero no me la creo.

Seguiré escribiendo en cuanto vea la salida. Ahora estoy como en el chiste que os dejo.