19 nov 2013

Historias de escayolas de vendas semi rígidas

Como ya sabéis mi hija va con escayola desde la ingle hasta la punta del dedo gordo. Efectivamente, la ingle es esa zona sensible en donde el muslo se pone grueso a tope. 

Realmente no es una escayola al uso según la llaman ellos, es una célula, que quiere decir un trozo de semi escayola donde te hace falta y me explico ahora. 

En el caso de mi hija es una escayola semidura semiblanda por la parte de atrás de la pierna, que poco a poco va siendo mas dura conforme va llegando a los dedos de los pies, ese trozo de los dedos (a los dedos no les pasa nada solo al tobillo) es durísima, ahí sí que lleva escayola gruesa y dura. 

Todo esto va sobre la piel con un buen trozo de algodón para no jorobar la piel. Después colocan la susodicha escayola y para terminar una venda de esas que son compresoras. 

Y dirás: ¿y esta bloguera de qué se queja ahora? pues de que todos los días le tengo que quitar la venda desde rodilla para arriba, ponerle bien el algodón y la venda pues en urgencias tras quejarse y ver que no tenia más que unas bolingas que se la habían hecho del algodón y le pinchaban a la chica, no tenía nada de particular y tenían mucho jaleo se lo pusieron deprisa y corriendo: (¡ala, qué estas molestando! más o menos. 

Para rematar, mi perro que es muy juguetón, tira del algodón que le sale por los dedos y estira el mariconcete, él solo, así que el viernes cuando vayamos al traumatólogo no se si estará curada. Pero lo seguro que nos mirarán con cara de asesinas pues el chanchullo de las vendas tras dos semanas es tremendo. 

Pero si no esta curada será por que le pusieron mal la cura, y si está curada gracias a mi, que le he hecho el vendaje bien todos los días. Je, je, 

Y sí, no tengo abuela, hace muchiiiiiiiisimos años que se murieron. Pero coñe es verdad, las madres tenemos que saber de todo, y lo mejor sin enseñarnos nadie solo con la experiencia de los años que creo que el mejor libro. ¡Uh! como voy filosofando. ¿Me estaré curando de lo mío? ¿o serán las nuevas pastillicas que me han dado? Miedo me doy.

17 nov 2013

En otoño, gripes y enfriamientos. Para estar a la moda

Mis enfriamientos son siempre muy gordos. Como yo. Empiezan con tos para atacarme luego la garganta, llenarme de “cosas” las narices y terminar conmigo en el sofá, pensando que me voy a partir por la mitad.

Mi hija me dice que hay que beber mucho líquido, pero no agua sino jarabe. Mucho jarabe. Mi santo en cambio me dice que no, que nada de jarabe, que zumo de mandarinas o naranjas. Pero él se toma algo de jarabe que yo lo veo todo.

Pongo cebolla en láminas encima la mesilla de noche para curar la tos, tomo zumo con jarabe o jarabe con zumo. Pero el pecho se me parte, o esa sensación tengo.


Como estoy partida de los nervios creo que no debe hacer nada de nada. Nada más de lo que hago. Pero no soy capaz. Como mi hija me tiene castigada sin viajar por su pata, está bien para aprovecharme a coger el resfriado del otoño. Así no me joroba mucho.

10 nov 2013

Marx el de los hermanos, gritaba: ¡más madera! Yo grito: ¡más pastillas!

 Como tengo pocos enfermos en casa y mucha envidia, yo también me he apuntado a la enfermería; poca cosa, dolor de garganta, oídos, y tos, mucha tos. Como es lo habitual estando en la cama es donde mas se tose, total no puedes dormir por el dolor de la garganta al tragar, pues qué más da dormir un poco menos por la tos, así que caramelico va, caramelico viene, alguna pastillita  de esas de chupar, y entre medias un trago de agua que es la única recomendación que te dan los médicos: —sobre todo agua, mucha agua- 
Así que el poco tiempo que me queda entre tos y tos aprovecho para ir al wáter, por que claro, si bebes mucho es lo que tiene, que te meas mucho, y vaya cuadro cuando estas en el wáter haciendo pis, pos y tos, ya solo faltaba devolver, que en una ocasión me pasó; eso parecía el fin del mundo para —mi claro— y llorando del susto que tenía, porque además no estaba en casa, estábamos en un hotel de playa.
¿Y si me muero aquí en el wáter? pensé, vaya espectáculo, mañana salgo en los periódicos. Por suerte no paso nada, vuelta a la cama y a esperar la mejoría.
Me hacia ilusión salir en los periódicos ¡fíjate!, claro que salir para esto y que encima no lo puedas leer tú misma, pues como que no tiene mucha gracia.
En los periódicos hay que salir por algo más interesante, como: —Mujer que casi se atraganta con una pastilla de paracetamol de un gramo.
Anda que no son grandes las puñeteras. Y yo muy brutica, me lo reconozco. Con un poco de suerte las partes por la mitad, pero ¡kia! quedan igual de duras y encima son dos,; masticadas ¡uf¡ malísimas de sabor; que hay en sobres, si, efervescentes también, pero las que tengo en casa son las de toda la vida. 
Mi hija, que de esto de medicamentos entiende dos huevos —uno es poco— me dice “pártilas por la mitad y con un poco de agua se disuelven”. Será con un poco de suerte, por que a mi no se me ha disuelto; al final como estoy aquí escribiendo la he machacado con un boli. ¿Es lógico machacarlas con un bolígrafo?
Respuesta de mi santo: —¡Tú esta mal! pero no de enfriamiento sino de la cabeza.
Respuesta mía: También, también me duele la cabeza, ¡pero esa es de aguantaros a todos vosotros!
¿Alguien cree que en algún momento me entrara algo bueno por la ventana? yo las abro todos los días para ventilar, pero nada lo único que entra es frío.


4 nov 2013

Objetos perdidos y nunca encontrados

 Mirando por la ventana siempre ves cosas curiosas. Hay que mirar más, abrir los ojos y observar con ganas.
Hoy un hombre venia con una cartera grande y una señora iba al contrario con el carrito de la compra. Una vez que se cruzan, después de dar dos pasos, se paran empiezan a palparse por todo mirándose bien los bolsillos, la cartera, el carrito, y después de un rato pensando donde lo habrán dejado, se dan media vuelta y…
—!Andá, los donut!
No creo, habrá sido un:
—¡Andá la cartera!
Aunque tampoco por que esa la hechas en falta cuando vas a pagar. 
—¡Andá!, el paraguas, que esta lloviendo.
 No, por que eso no se mira en los bolsillos,
—¡Andá!, el móvil
Ese elemento que no sabemos pasar sin el. Me imagino que el señor lo necesita para trabajar, echar la bronca al menos necesitado de aguantar broncas o dar el coñazo con algún seguro; y la señora que va a comprar con su carrito…, para llamar a la amiga y contarle lo bien que se lo había pasado el fin de semana. Llamar a sus padres y ver si están bien, llamar al marido y decirle cuanto lo quiere, o será al revés. El hombre llamará a la familia, a la mujer y ella lo empleará para despotricar contra alguien.

Eso nunca lo sabremos. De momento, con los adelantos que hay, dentro de poco podremos seguir a la gente con la mente o mirando por el pescuezo  (que es eso que tenemos por detrás de la cabeza), y nos enteremos de lo más interesante. ¿Que es lo que se habían olvidado?