Celebrando el regalo de Reyes nos hemos invitado cuatro días a Barcelona para disfrutar de las calles, las tiendas y los restaurantes. A cambio le dejo a mi santo disfrutar de los museos.
Hemos estado más de cinco horas en el MNAC que es el Museo de Arte de Cataluña y no nos hemos aburrido nada, lo que indica lo bien montado que está y lo interesante de todo lo que enseñan por tipos de arte o de siglos.
Espléndido el arte románico. Increíble que hayan salvado tantas pinturas del interior de las iglesias a base de comprarlas con dinericos y tras restaurarlas las hayan recreado en salas que imitan al interior de las iglesias, todas ellas pintadas con figuras religiosas muy guapas.
Excepto en el caso de las pinturas de Sijena, que fueron mal compradas con engaños a las monjas.
Barcelona asombra según vas viniendo más veces a verla. Y tiene playa. Yo a mi santo le intento decir que Barcelona es como Madrid pero con el mar; pero me mira y sonríe. Creo que no le logro convencer y que está enamorado de Madrid.
Y eso que Barcelona tiene más tiendas de todo tipo. Es que venden de un todo, incluso lo que pensamos que no es posible vender nunca pues aquí montan una tienda. Callejear es mejor que Madrid pero tal vez tenga menos vida cultural.
No hay duda, España tiene tantos extranjeros de visita por que somos fabulosos, aunque nosotros mismos no nos demos cuenta de ello. Deberíamos creer más en España.

No hay comentarios:
Publicar un comentario