28 sept 2020

Y nuestro amigo se nos hizo mayor sin darnos cuenta


Tenemos un pequeño perro amigo y casi familiar desde hace 15 años y el pobre esta viejico, sordo, medio ciego, y aunque desde que lo trajimos de bebé le enseñamos a mear y hacer sus cacas y pises en un papel en la galería, ahora de anciano se ha olvidado de comportarse como antes. 

Lo sacábamos de paseo cuando queríamos nosotros que era todos los días, y si no, él lo pedía ladrando y poniéndose en la puerta. Ahora no pide salir a la calle, ya no ladra tampoco —una ventaja por que ladraba por todos los que venían— pero ahora viene lo peor, se nos mea donde le viene bien, estamos todo el dia con la fregona, y de vez en cuando tamabién se nos hace sus sólidos. 

El sabe dónde esta el sitio bien acondicionado, y de hecho mea cuando quiere, pero creo que es como los humanos que cuando nos hacemos mayores ya todo nos da igual y nos volvemos un poquito inconscientes por llamarlo finamente. 

A pesar de todo lo queremos mucho y le damos muchos mimos, y nos lo agradece dándonos besos, bueno lametones, y cuando hace sus cosas donde le pilla nos viene a buscar para decírnoslo. Algo es algo. Y es que la vejez es muy mala para todos los vivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario