Bueno, pues otra noche de dormir poco, entre el roncador de mi marido, la poca cena y el poco vino, todo unido para no dejarme dormir bien.
No es ninguna tontería, pero a mi eso de cenar poco y no beber un poquito de vino, pues que no me pone en mi sitio, qué cosas.
Eso es lo que recomiendan los médicos (cenar poco), claro, ellos que van ha decir si su deber es cuidarnos (en fin, je, je, y que no nos pongamos enfermos para no gastar).
Pero yo lo tengo comprobado la noche que me como mi manzana y mi yogur, esa noche, duermo poco. En cambio, cuando ceno un mas, (poco mas) y me bebo mi vasito de vino a ser posible tinto, esa noche si que duermo, y aquella noche que es fiesta por algún motivo (que en esta casa se celebra hasta el día que nuestros seres queridos pasaron a mejor vida), ese día en que incluso me tomo mi Whisky con mis pastelitos, esa es la mejor. Ni ronquido, ni camión de la basura, ni nada de nada.
Así que cuando quiero dormir bien, ni valerianas, ni tila, ni todos esos preparados que vende para dormir; a mi lo que mejor me va es un poquito de vino, eso si, sin abusar.
Tampoco digo de tomarse una botella, que eso ya es (casi) vicio.
Yo creo que por eso dicen que comamos poco y no bebamos, porque ellos, los médicos, que son muy listos, saben que no siempre les hacemos caso, (y comemos de más). Imaginaros que nos dijeran que podíamos comer y beber lo que quisiéramos para dormir bien, pues que nos pondríamos malos de indigestión y entonces más enfermos que atender, a sumar a los que simplemente van para contarles nuestra penas (que esa es otra pero de ese tema hablaremos otro día).
Además el cuerpo es muy sabio y sabe lo que le conviene.










