Como tengo una cierta edad, ya estoy en condiciones de disfrutar un poco de la vida sin críos pequeños, (que son muy majos y están para comérselos, y alguna vez de forma literal.
Pues nada, ahí que nos fuimos mi marido y yo a cenar a un restaurante normalito, porque claro, si nos llegara para uno de los caros pues a lo mejor esto un hubiese pasado.
Estamos tan contentos los dos empezando a comernos nuestra ensalada ilustrada, ósea con un poco de todo, cuando vemos aparecer por la puerta unos cuantos críos de todas las edades de esas insoportables, con sus papas y mamas.
Hasta aquí llego el descanso.
Primero corrimiento de sillas, luego gritos, empezamos bien pensé yo, y seguimos con nuestro pescado como si nada estuviera sucediendo.
Ya están sentado, piden su comida y de momento todos tranquilos, pero qué poco dura la tranquilidad. Ya estamos en los postres y como es fiesta hacemos un pequeño sacrificio para nuestra glucosa y nos pedimos unos profiteroles de chocolate.
Los críos ya han terminado de comerse su hamburguesa y empiezan a cansarse de estar allí quietos (como es normal por otra parte), ¿y qué pasa entonces? pues que empiezan a tirarse las trozos de pan que no se han comido, alguno te llega a ti, se levantan estrepitosamente, las madres y padres ni sin inmutan, empiezan a levantarse a gritos, que si me meo, me cago, me canso; y los padre charra que te charra sin inmutarse ni mirarlo.
Como los chavales ya están cansados de estar allí empiezan a encorrerse entre las mesas. Mientras nos tomamos el café, pedimos la cuenta y nos vamos a casa con un pequeño ataque de nervios desatados, que no sabes qué te va a sentar peor, si los profiteroles que te suben el azúcar o los críos que has tenido que aguantar tú sin ser nada tuyo, y encima soportando a los padres te miran mal porque levemente te quejas con la mirada.
Otro día me monto el chiringuito en casa y a los críos que los aguanten sus padres, los abuelos o quien quiera. Yo no. Yo aguanté a los míos, que por cierto estaban mejor educados, y eso que no teníamos tantos estudios y cultura como ahora; pero si teníamos más respeto a los demás, porque en el mundo no solo estas tú, sino mucha gente mas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario