De protegerse de bacterias y virus alimentarios, entendemos mucho las amas de casa

De protegerse de bacterias y virus alimentarios, entendemos mucho las amas de casa.

Limpiar, separar, cocer y refrigerar son las cuatro acciones primordiales que se deben tener en cuenta para prevenir la mayoría de las infecciones alimentarias que nos pueden afectar en el hogar. La limpieza es fundamental para tener una alimentación sana, y para que los alimentos en casa se conserven de manera perfecta. Y debemos aprender a sacar el máximo probecho al congelador, pues nos evitará posibles disgustos con la salud, si sabemos utilizarlo bien.

Limpieza. Antes de preparar los alimentos, debemos limpiarlos bien. Además, hay que lavar todos los utensilios que se vayan a utilizar, antes y después de cada uso. El objetivo es evitar la contaminación de los utensilios hacia el alimento y que se nos queden restos que se putrefiquen y contagien a otros alimentos tratados con posterioridad.

Separar los alimentos crudos de los cocinados. Es de vital importancia para evitar el traslado de los patógenos residentes en los alimentos crudos a los listos para consumir. Se pueden utilizar recipientes distintos para guardar unos y otros y antes de manipularlos, siempre, lavarse las manos. En todas las cocinas deben estar separados los lugares de manipulación de alimentos crudos del lugar en dodne están los cocinados o los listos para servir y comer

Cocer bien. Es la regla principal y que asegura una mayor inocuidad. Llevar el interior del alimento a una temperatura segura, de más de 60ºC, garantiza la desaparición de la mayoría de los patógenos que pueden contaminar el alimento. Hay que vigilar los alimentos poco cocinados, ya que una incorrecta manipulación puede desencadenar una intoxicación. Y mucho cuidado con los pescados que tomamos crudos o poco hechos. Es bueno tenerlos antes congelados.

Refrigerar o congelar. La mayoría de los patógenos dejan de multiplicarse en ambientes fríos, pero esto no quiere decir que desaparezcan, sino que se evita una multiplicación peligrosa. La congelación es fundamental para alimentos cocinados que deseamos guardar. Y la refrigeración debe servir para alimentos cocinados o crudos que se van a consumir al día siguiente.