Nada cono aprovechar las mañanas para coger a la hija y salir al menos media hora a pasear rápido por el parque del barrio. Tengo la suerte de que puede andar una hora sin dejar de estar nunca debajo de árboles. Es una suerte vivir tan rodeado de verde. Al menos en verano.
Mi hija no quiere andar mucho, pero yo la empujo, le viene bien para su excesivo peos y para sentirse mejor. Y a mi me viene bien antes de comenzar con el Pilates.
Me lo estoy pensando, pero mi santo me anima a que continúe. Por una parte no quiero ir al Pilates, pero por otra me encanta reunirme con las amigas y hablar de nuestras cosas. Creo que iré aunque sin tanta obligación.
A andar nos vamos la dos mujeres solas y sin música, así podemos hablar entre nosotras. Y sin el perro que es un impertinente. Lo malo es que muchas zonas del parque están siendo regadas a estas horas. ¿No podrían regar por la noche?, je, je, ya sé que también ellos tienen que tener horarios normales.
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