Mi santo se ha empeñado y me ha cambiado el diseño del blog, me ha cambiado la foto que tenía, más joven y guapa, por esta que al menos me ha tapado la cara con las palomitas volando. Así sí, le he dicho.
Esta foto que ha puesto arriba es de Vitoria, del Museo Atrium, que pusieron una piscina llena de palomitas para jugar con ellas. Una cosa curiosa. Se podían tocar y jugar, incluso había unos días a la semana que dejaban previa petición de hora meterse dentro y hacer como que te bañabas en palomitas. Eso si, no se podían comer, como es lógico, después de tanto manoseo.
Estos raticos me sirven para reírme, para recordar que es maravillo estar dando mal y escaparse de la rutina, pero no siempre una se encuentra con piscinas de palomitas, je, je.
Bueno, a lo que iba. ¿Qué os parece el diseño? Poco se ha lucido, que para mis cosas le dedica lo justo, pero bueno, es que se tiene que partir entre mil y a mi me toca lo…, bueno, que a mi me toca mucho. Incluso me cocina. Su especialidad son las paellas, los cocidos, las ensaladas raras y los picantes. Y los pescados y asados. Sí, es un tipo que me hace cosas en la cocina. Menos recoger, muchas cosas. Algo es algo.
¿Os he dicho que este sábado hicimos 35 años de casados? ¿no os lo he dicho?, pues venga, vale, ya lo diré otro día. Por cierto, el tipo ese con cara de crío era mi santo. Digo “era” por que el tiempo lo ha dejado algo peor que en la foto. Las orejas las sigue teniendo así de grandes, eso si. Qué críos éramos ¿no?
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