Aquí estoy escribiendo y bailando. Ya sé que es un poco complicado, pero una tiene para todo.
Mi santo, que tiene un punto de raro que asusta, normalmente nos deleita con música clásica, pero hoy nos ha puesto música de nuestra juventud, la de los años 70 y 80. Como le ha picado la mosca esa famosa —la negra— que hay ahora por Zaragoza, le ha debido cambiar la personalidad, o que como le pica así se mueve y no se arrasca (que por cierto vaya bultos que se le han hecho en el brazo con la asquerosa mosca mordedora).
Lo quiere todo para él. Las picaduras de la mosca, el enfriamiento con la consiguiente tos, su dolor de riñones para dejarlo doblado; todo esto aparte de lo que tiene normalmente, que ya es bastante. Pero como me dijo la médico de familia el viernes, mejor todo para él que no repartido; siempre con cariño, me lo dijo.
Bueno, escribo mientras escucho las canciones lentas y las moviditas me las bailo yo sola y así hago ejercicio, que hay que aprovechar el tiempo.
Hoy domingo toca comida familiar, así que ya con este poco texto os tenéis que conformar.

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