No he escrito estoy días por que estoy muy entretenida, ya que el día de Reyes me trajeron los Reyes a la Barbie (muy familiar) con su acompañante Ken (también muy familiar).
Me han traído a la hija (con a su pareja) un poco malita, con temblores, tartamudeando, con una ansiedad generalizada de libro, así que ayer la llevamos a un reparador de muñecas que aquí la llamamos la Casa Grande.
Un ataque de ansiedad en toda regla, que le puede durar unos días si tenemos suerte o unas semanas si no la tenemos. Efectivamente, serán unos meses, je, je. Y aquí estamos, mi santo y yo, buscando más especialistas en estos casos de los sesos, para ver si nos la pueden arreglar.
Lo tenemos todo controlado, mañana tenemos terapeuta, el viernes psicóloga, la próxima semana psiquiatra, vamos que me han traído una muñeca de lo mas entretenida.
Y al Ken, que también lo tenemos málico, mañana le toca gotero de quimio. Pero él es un tipo muy guapo y con dos bemoles, que se chupa la quimio como quien se toma unas cervecitas con patatas fritas.
Como veis, estoy de lo más contenta para lo que yo soy, y es que me lo tengo que tomar con humor para poder afrontar todo. Tengo mis momentos, pero yo misma me pongo freno y me digo ¡¡ahora no toca!! Cuando les tocan los asuntos chungos a los demás, piensas que tú no podrías, pero el cuerpo humano es muy sabio y suele aguantar más de lo que pensamos. La cuerda aprieta pero de momento no ahoga.
Y si, ya sé que tengo una posible noticia buena que contar, pero será a partir del lunes, que es cuando sea definitiva o no. Hay que esperar un poquito, mecachis.

No hay comentarios:
Publicar un comentario