13 may 2013

Me voy a la siesta, que me pica la espalda. Toda la espalda

Ya he vuelto engañar a mi santo, pues lo he traído a la playa. Tras buscar sin éxito en San Sebastián donde estaba todo lleno nos hemos ido al barato Salou, donde por menos del precio del Hotel de San Sebastian o Bilbao, tenemos pensión completa con comidas y cenas tipo pensión barata y con buffet. Pero es lo que hay por 180 euros tres personas en dos habitaciones durante tres días a pensioncica completa.

Las servilletas del restaurante todavía son de tela, pero las ensaladas, todas, las cinco que había, saben a lo mismo, a vinagre a granel.

Yo viajo mucho, pero veamos, es para compungirme de mis penas, para pagar mis pecados, para disimular, para sufrir en silencio frente a la playa. ¡Qué mal se sufre en la playa, tumbada al sol, mientras le dicto a mi santo esta entrada, pues él no me deja escribir en suuuuu iPad, que se lo roooooompooooo, miedicas.

Mi santo encima me ha comprado un libro nuevo, pero es todo mentira. Me lo ha comprado para que me lo lea y así le deje en paz, que me lo sé, pero esta vez lo he elegido con pocas páginas, pa joderlo pronto.

Bueno, voy a revisar lo que me ha escrito este, que no me fío. Y me voy a la siesta que me pica la espalda y me tiene que dar masajes. Ejem, es lo que hay, es la siesta.

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