La primavera ya esta aquí y con todas su consecuencias. Los árboles con sus flores, el calorcito en las playas, la gente vestida de colores vivos, y como no, nuestro amigo el enfriamiento primaveral. “La primavera la sangre altera” dice el refrán, y a mi se me ha alterado todo. Los mocos la tos, el dolor de cabeza, el sueño, creo que no me olvido de nada.
Y no es esto lo malo lo malo que como es normal he empezado yo (llevo dos días) y ya me están imitando mi santo y mi hijo; qué envidiosos son. Así que con lo que me gusta a mi ver las procesiones de Semana Santa, que dicho sea de paso, en mi ciudad son muy bonitas y no tienen que envidiar a las andaluzas, me va a tocar verlas por la tele y no es lo mismo. En serio, la Semana Santa de Zaragoza es especial, súper saturada de gente en todas la procesiones, desde hoy Domingo de Ramos hasta el Sábado de Gloria. Más de 20 hay. Algunas con más de 4 horas de duración. Pero ya vale de publicidad gratuita, je, je.
Y es que donde estén esos tambores a centenares, tocados con fuerzas por los cofrades…, es que no tiene precio. Ese sonido que te entra por todos los poros de la piel, bueno mejor dicho por los oídos, es que te ponen los pelos de punta, realmente es lo que me gusta de las procesiones, los sonidos de los tambores. Llega hasta el estómago.
Creo que mi santo esta haciendo como que se le he pegado el enfriamiento, por que a él, eso de estar dos horas de pie esperando la procesión, como que no le va mucho. He pensado (que seguro que lo hay) en grabarme el sonido de alguna cofradía, digamos que la de mi yerno, ya que toca el timbal en una, y ponérmela de vez en cuando y no esperar a escucharlas una vez al año, y encima estaré sentadita, y sin pasar frío.
Buena idea, se lo diré a mi hija que de eso entiendo mucho, bueno de tambores, procesiones y muchas cosas más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario