Mascarilla de arcilla natural y fácil de hacer en casa

Mi santa que es muy suya me ORDENA que os escriba en este blog una entrada sobre las mascarillas ante estrés y que sirven también como cataplasmas o como compresas para dolores. Así que a obedecer.

Es una mascarilla sencilla, que saca los tóxicos de la piel sobre todo de la cara y además es relajante y sirve para jugar con la pareja. ¿Quién da más por menos?

Se emplea arcilla, que debe ser arcilla roja si la piel es fina o muy fina y arcilla verde si la piel es normal o gruesa. Diríamos que para las féminas de verdad arcilla roja y para los machos simpáticos arcilla verde.

El sistema barato y rápido solo lleva arcilla (del tipo que necesitamos y que sea de herboristería, no sirve la de la obra de debajo de tu casa) y una infusión de manzanilla o de tomillo o de menta. Si queremos algo más sofisticado en vez de infusión se puede emplear aguas medicinales, aguas de rosas, agua de azahar, agua de lavanda, incluso un poco de miel.

Mezclamos una cucharada sopera o dos de la arcilla (depende del tamaño de la cara, je, je) con parte del líquido de una infusión realizada con poco agua para que sea más concentrada y dejada en infusión unos 10 minutos. La textura final debe ser como un chocolate claro.

Con una brochita ancha se “pinta” con una capa fina toda la cara y nariz de la mezcla resultante. Se deja hasta que se seque en la cara la mascarilla (unos 3 minutos) y a continuación se lava muy bien con agua templada. Cuesta un poquito quitar la mascarilla. A continuación se da una crema hidratante por la zona de la mascarilla.

Así de sencillo y de barato.

Los sabios naturópatas viendo como se seca la arcilla en la cara son capaces de adivinar qué problemas de salud tienes. Increíble pero parece que puede ser hasta cierto. Delante de mi a una chica de 24 años, con una hija de 2 añitos, le dijo el enfermero que tenía o había tenido problemas en el ovario derecho. Y jope, acertó de pleno sin conocerla de nada. Uno no tiene que creer en esto, simplemente con poner cara de extraño ya sirve.  Parece ser que en las zonas en que más tarda en secar es en donde menos temperatura corporal tienes y a modo de cómo hacer algunos acupuntores conocen qué partes del cuerpo influyen en otras partes de cuerpo. Os juro que otro día mi santa os contará lo que le dijo a ella, solo por decirle que le dolía la rodilla derecha. Me quedé espantado.

La que hay en la foto debajo de barro es mi santa con mascarilla de arcilla verde, pensando en su santo, tras las pruebas del cursillo. Nunca sabré si pensaba para bien o para mal.

Receta casera de bálsamo pectoral. Aceites esenciales y macerados

La pomada que conocemos con el nombre de Vicks VapoRub, en realidad es un Bálsamo Pectoral, pues el VapoRub no es más que un nombre comercial. Avisado esto para que no haya dudas, voy a comentar de qué manera se puede hacer una pomada bálsamo, parecido al de la marca comercial.

Se puede hacer uno suave para niños o uno más fuerte para adultos. Y sirve tanto como bálsamo de pecho como para poner muy poquito en los huecos exteriores de la nariz para respirar mejor o para dolores y torceduras o para hacer inhalaciones.

Bien, ahora la fórmula para niños.

Hay que emplear como base “Vaselina filante”; como producto básico el alcanfor y luego se añaden aceites esenciales de diferentes plantas medicinales.

El alcanfor debe ser un 4% del total que deseemos hacer en caso de niños y un 8% para bálsamos dirigidos a adultos.

De aceites esenciales se emplean varios, añadiendo un 2% de cada uno de lo que deseemos emplear.

Ahora el ejemplo práctico para niños.

Para 100 gramos de producto final pondremos en un cazo 90 gramos de vaselina filante a calentar hasta que se vuelva líquida, dando vueltas lentamente con un palito de madera o una cucharada muy limpia. 

Se añade cuando ya esté líquido 4 gramos de alcanfor (para adultos serían 8 gramos). 

Se retira del fuego y a los 10 segundo (para que se temple un poco) se añaden todos los aceites esenciales a razón de 2 centímetros cúbicos de cada uno de ellos. 

En el que nosotros hicimos pusimos 2 c.c. de aceite esencial de eucalipto, lo mismo de A.E. de tomillo, igual de A.E. de menta y lo mismo de A.E. de pino. También encaja bien el Aceite Esencial de la lavanda.

Añadido todo en caliente, se dan unas vueltas para que quede todo bien mezclado y líquido se va distribuyendo por los distintos botecitos que tengáis preparados. 

A los pocos minutos se volverán sólidos y con el color y textura del bálsamo comercial.

Ahora hablemos de los aceites esenciales. 

La parte mas cara y esencial (me repito) de toda receta natural pues es la parte que contiene todo el poder de las plantas.

Estos aceites los podéis hacer en casa pero no lo recomiendo pues es complejo. Pero al comprar estos productos hay que buscar un buen sitio natural, pues algunos de ellos los hacen excesivamente químicos.

Digamos que estos aceites esenciales se logran con un alambique más o menos casero o industrial. En un bol grande resistente al fuego (de alambique) se ponen las plantas medicinales un poco machacadas y se añade agua hasta cubrir. Se pone el cazo bien cerrado a hervir y se va evaporando el agua mezclada con todos los sabores, olores, propiedades y poderes naturales de las plantas. 

Todo el vapor pasa por el serpentín del alambique hasta caer a otro recipiente, ya convertido en gotas líquidas. Este líquido que ya cae es una gran parte unas aguas esenciales y encima de todo va quedando flotando los aceites esenciales que luego se recogen con una jeringuilla. 

Para tener mucho aceite esencial hay que hervir mucha planta medicinal de cada clase y por separado. Así que lo cómodo y al final barato, es comprar estos aceites esenciales en tiendas de fiar.

Parece complejo todos estos procesos, pero realmente es muy sencillo. Mezclar una base (la vaselina) con el alcanfor en el fuego y luego añadir los aceites esenciales. Nada más. 

Sale bien para varias personas amigas a la vez, pues lo normal es hacer cuarto kilo o medio kilo de producto final y con tanto bálsamo hay para bañarse en él.

En la imagen se ve detrás de la bombona de gas un pequeño alambique para hacernos una idea de lo que he comentado, aunque recomiendo no intentar hacer los aceites esenciales.

 

Los aceites macerados son otra cosa, no confundir. 

Los aceites macerados no pasan por el alambique ni cuecen. Son plantas o flores que se machacan con un mortero. Es preferible que sean plantas y flores secas para evitar la fermentación, aunque se haya perdido parte de sus valores. Todo es cuestión de probar y equivocarse.

Una vez machacados pero sin pasarse, les añadimos un aceite de gran calidad. Por cada 100 gramos de hierbas se deben meter en una botella de un litro de aceite de oliva extra virgen de calidad o en aceite de almendras.

Esta botella debe estar 40 días y 40 noches al raso, en un lugar donde le de sol, sombra, luna, frío, calor, etc.

Otras persona solo las tienen 28 días al raso pero tapadas con papel de aluminio para que no les de la luz. Cada día hay que darles un pequeño meneo y trascurrido el tiempo se cuelan y se emplean para desmaquillarse, para dar después de la ducha, para algunas cremas, etc. Pero su poder es mucho menor al de los aceites esenciales del alambique.

Anzánigo bien merece varios fines de semana

Este fin de semana hemos estado mi santo y yo en un pueblo del pre Pirineo aragonés, por más señas en el pueblo de Anzánigo.

 Nos hemos ido con unos amigos a su casa y allí con unos cuantos amigos más, el sábado unos expertos nos dieron un taller curso de cómo hacer cremas naturales,  pasta de dientes, vick vaporub, mascarillas para la cara, etc;  y todo con flores, arcilla, aceites esenciales de plantas medicinales y esencias. Tengo las recetas por si a alguien le interesa alguna en concreto.

Estuvo bien, pasamos un día muy bueno reunidos con amigos y contando nuestras dolencias y nuestras alegrías a los dos enfermeros de medicina natural que incluso uno trabaja en la Seguridad Social de Zaragoza.  La verdad, las cremas no es que merezcan la pena hacerlas, por que al final salen tan caras o más que las compradas, pero siempre se aprende algo.

Aparte de este mini cursillo, hemos paseado por el campo y tomado aire puro para unos días. Hemos comido bien y hemos dormido mejor y hemos estado con amigos; total un fin de semana de lujo.

Vaya panzada que me estoy dando de viajar, para que luego me queje. Mi hijo ya me ha sentenciado: —como te quejes de que no sales y no viajas, me tengo que pensar cómo te castigo—. Ni caso. El que no llora no mama y a mi me gusta mucho llorar.

Lo más bonito de la Catedral Mezquita de Córdoba. Pero no lo que tiene más valor

Lo prometido es deuda. Os dije lo guapa que era la Capilla del Sagrario de la Catedral Mezquita de Córdoba. Mi santo ha encontrado esta imagen y tras unos ligeros retoques me la deja para mi, así que aquí está. 

Si vais a la Mezquita de Córdoba no olvidéis de visitar esta capilla, que está tapada y que solo se puede entrar si insistes en que vas a orar dentro de ella. Son los mismos arcos árabes de fuera de la capilla, pero pintados con murales religiosos. El cielo es todo eso mismo, un gran cielo llenos de centenares de ángeles todos separados y pintados que te miran desde arriba cubriendo las cabezas del visitante.

Tras Córdoba queda descansar. Al menos un día

Ya estamos en mi casa ¡uff!. Lo primero tengo que decir que las veinte hormigas han desaparecido después de dar a mi chico las debidas instrucciones por teléfono; y el piso esta todo en perfecto estado. No he visto todavía a mi hijo, pero está vivo pues he hablado con él por teléfono. No se lo han comido el batallón de las 20 hormigas. ¡uff!

 Córdoba es precioso, no me lo esperaba así, tenia una ligera idea pero hasta que no lo ves no te lo puedes creer del todo. Por cualquier sitio que vayas hay un rincón, una plaza, una casa, un palacio, una iglesia antigua, un jardín  bonito de verdad.

Hemos estado cinco días, y todavía nos hemos dejado cosas sin ver, más que nada para poder volver otra vez con la escusa guardada en el cajón.

Aparte de la ciudad, que es bonita como digo, la gente es muy amable y los precios de los bares y restaurantes, por lo menos los que hemos estado nosotros, muy bien de precio. No os lo creerías, pero el viernes y el sábado comimos por siete euros cada uno del menú, y bien, os lo juro. Arroz con verduras, secreto de cerdo con patatas y tomatitos fritos, y café, por supuesto vino fino, y hoy salmorejo casero (he tomado tres veces salmorejo) que estaba para chuparse los dedos, filete de un pescado parecido al pez espada(pero que ya nos han dicho lo que era) con ensalada, pastel de almendras y vínico blanco. ¿Se puede pedir más por menos? creo que no. Mi santo se lo ha guardado todo en fotografías para su blog, pues el precio es de premio.

Lo que si es más caro son las cosas de regalos y esas chorradas, pero eso, con no comprar mas que lo justo, pues vale.

 Bueno, en serio, que os recomiendo ir a Córdoba, pues aunque aunque parezca que esta lejos, desde Zaragoza con el AVE nos ha costado tres horas, nada, un paseo, y estamos hablando de algo más de 700 kilómetros de distancia.

Yo ya estoy preparando el próximo viaje, mi hijo me dice que con tranquilidad, pero es lo que yo le digo, tengo que aprovechar, ahora primero por que (casi) estoy (todavía) joven, y lo más importante que estas tú en casa para cuidar al perro. Pero me pone caras y culos. Le va a dar igual.

Desayunos en Córdoba para perder peso de forma rápida, je, je

Mi desayuno es pecaminoso, a lo bruto. Un zumo natural de naranja con tropezones ( mi santo los odia y se los cuela con un tenedor), mollete tostado con aceite, tomate triturado y bandeja de piquitos de jamón que están de miedo, café con leche y pastel de Córdoba.
Algunos días los molletes han sido de paté o de sobrasada pero nos los han ofrecido de pringá que son los restos del cocido. Jope qué desayuno.

Efectivamente, en el hotel de Córdoba. Voy hacerles propaganda gratis. El Hotel Córdoba Centro. Pa que no digan.

Mi hijo, las hormigas asesinas y el final de Córdoba

Estoy muuuu cansada, debe ser la edad. Llevo demasiados jardines vistos en pocos días. Jardines, palacios, patios, iglesias antiguas, más patios, flamenco, fino fresco para tomar más de uno, pescaito frito, berenjenas con miel pastel cordobés, chorizos cocidos al vino..., vamos, como para confesarse con la enfermera que me controla el peso.
Me mandará a cascala, que es un lugar muuuu oscuro en donde mandamos a los desobedientes.
Mañana vuelvo y en mi casa me espera el drama. A mi hijo de 24 años le han aparecido un batallón de hormigas en el baño suyo. Él cree que se le van a comer, y yo le digo que las guarde todas, que los chinos hacen sopa con ellas. Ya veremos quien ha ganado, si las hormigas o los miedos de mi hijo.

La parroquia escondida de la Mezquita de Córdoba

Hoy he quedado sorprendida por la visita de la Mezquita de Córdoba, inmensa, maravillosa, tremenda. Mi santo que tiene un morro que se lo pisa ha pedido permiso para entrar en la parroquieta, que es una zona cerrada a las visitas y que solo se puede entrar a rezar. Como le han dicho que no se podía visitar él ha dicho que quería entrar a orar. Jope con el morrazo, él que se olvidó del Padrenuestro antes del nuevo. El caso es que nos han apartado unos cordones y nos han dejado entrar.

Un consejo a seguir por obligación si visitas la Mezquita de Córdoba. Intenta entrar en esa capilla. Decir que es lo mejor de la inmensa Mezquita parece imposible y no creíble, pero lo es. Las columnas y arcos de la Mezquita, en esta capilla, están todos pintados con murales cristianos, todas las paredes, los techos, increíble. Como en las iglesias ortodoxas. Los techos son todo ángeles que flotan en el cielo. No hemos podido hacer fotos, nos lo han prohibido pero cuando llegue a casa buscaré por internet para ver si hay alguna imagen de esta parroquia, pues es maravillosa. En fin, me voy a cenar, que mi santo yo no me deja más suuuuuu ipooooood. Todo es suyo, mucha jeta.

El vino fino debería estar prohibido

Estoy en Córdoba, muy bonito, maravillosa. Pero con un problema. El vino fino, ese vino blanco que te lo sirven en copa guapa, te lo ponen fresco. No puede ser, debería estar prohibido, en serio. A partir de la tercera estás convencida de que es agua. Jope.
Me voy a dormir.

“La lengua madre” con un Juan Diego genial

Ayer por la tarde estuvimos en el teatro viendo a Juan Diego en la obra “La lengua madre”

Muy bien aunque se nos hizo un poco corta, pero Juan Diego, que actúa solo, está estupendo, se ve donde están los buenos actores, es genial de qué manera se mete en el personaje y se convierte en un hombre tímido, despistado, pobre y poca cosa. Estuvimos en la fila primera y lo vimos llorar. Incluso emocionarse después, cuando los espectadores no parábamos de aplaudir. Salío cuatro veces a saludar.

El texto de la obra es de Juan José Millás, sobre las palabras y lo que se dice con ellas, queramos o no queramos decirlo.

Parecía que como iba a ser un actor solo en el escenario sería una obra pobre, pero nada mas allá, no hace falta más. Es como la de “Ocho horas con Mario” de Delibes, que también la estuvimos viendo en Madrid con Natalia Millán, y también está estupenda ella y la obra.

Se ve que son buenos actores y que valen para un roto y un descosido, igual te hacen reír que llorar.

Juan Diego en “Los hombres de Paco” una serie de polis pero en plan cómica para los que no sean españolas, hacía un papel totalmente distinto. Natalia Millán ha hecho cosas en tele mas serias, pero acaba de estar en un programa de tele de saltos de agua, que no tiene nada que ver con el teatro excelente que hizo. No la he visto en las piscinas, no puedo opinar sobre ello, pero creo que también ha estado fantástica.

Y esta semana flamenquito, estoy que lo tiro señores.  No me creo tantos días seguidos de felicidad continuada. Voy a toar madera.

Me voy a Córdoba y dejo aparcado al hijo y al perro Qué guay

Lo conseguí. Por fin me voy unos días a Córdoba, al árabe, al andaluz, al del salmorejo, guay, guay, guay. Ya tengo los billetes y el hotel, así que el martes me voy a esas tierras andaluzas que tanto le gustan a mi santo. Je, je, con sorna.

Bueno, vale, mi santo es más del norte, pero le gusta el flamenco, el vino fino y el pescaito frito. Es un tipo raro pues nunca sabes si algo le gusta por que si o por que no.

No creáis que es por lo que le dije a mi santo el otro día, sobre que no me ayudaba y todo eso, no, es que es su cumpleaños el lunes y yo que soy tan buena esposa le he regalado el viaje que se que le hacia mucha ilusión, :). A él eso del flamenquito le va mucho, así que buscaremos un tablao para ir. Lo digo en serio; a él por la tele no le gusta, pero en directo sí y es que no es lo mismo, vivirlo que verlo enlatado. Dice que le gusta el fondo, el bueno, la etnología o yo qué sé. Lo dicho, un tipo raro.

Si tengo Internet en el hotel, que creo que sí, ya os iré contando lo que vamos viendo.

Tenia pensado otra entrada, pero como era de cabreo con mi tercer hijo, ósea con mi cuñado, prefiero poner cosas mas agradables. Ya sabemos que los hijos dan problemas, pero algunos son de dar de comer a parte, como a los cerdos que quieres engordar para tener buenos jamones, por que algunos se comportan como tal.

Y sí mi santo está a punto de convencerme para comprarse un iPad con internet dentro, para —dice— seguir escribiendo cuando viajamos. Mucho morro.

Mi santo escribe, yo escribo. ¿Y para qué?

Mi santo que esta acostumbrado a escribir todos los días en su montón de blog, se piensa que yo tengo el mismo tiempo que él y la misma disposición para escribir; y no.

—Hace mucho que no escribes— me dice

—Ya, pero es que yo tengo otras obligaciones que tú no entiende, guaperas.

Aunque ya sé que todos somos iguales, hombres y mujeres, y que él me ayuda en lo que puede, ósea en cocinar que es lo que le gusta, pero no le pidas mucho más.

En cambio cuando yo le pido ayuda para algo, siempre me dice que está trabajando —trabajando en qué, le digo yo, si estás jubilado-

—Escribiendo en mi blog— me dice con cara de ocupado.

A él mis cosas no le parecen ni obligación ni importantes y lo mismo me pasa a mi con lo suyo. Creo que vamos a tener que sentarnos y tener una laaaaaarga conversación.

Es muy buena persona, te da casi todo lo que le pides, pero hay cosas que no hay manera de que le entren en la cabeza.

Ahora me dirá que para escribir esto, mejor no escribir.

—Tú me has pedido que escribiera y esto es lo que me ha salido. Así que te jodes, chato.