Hoy he quedado sorprendida por la visita de la Mezquita de Córdoba, inmensa, maravillosa, tremenda. Mi santo que tiene un morro que se lo pisa ha pedido permiso para entrar en la parroquieta, que es una zona cerrada a las visitas y que solo se puede entrar a rezar. Como le han dicho que no se podía visitar él ha dicho que quería entrar a orar. Jope con el morrazo, él que se olvidó del Padrenuestro antes del nuevo. El caso es que nos han apartado unos cordones y nos han dejado entrar.
Un consejo a seguir por obligación si visitas la Mezquita de Córdoba. Intenta entrar en esa capilla. Decir que es lo mejor de la inmensa Mezquita parece imposible y no creíble, pero lo es. Las columnas y arcos de la Mezquita, en esta capilla, están todos pintados con murales cristianos, todas las paredes, los techos, increíble. Como en las iglesias ortodoxas. Los techos son todo ángeles que flotan en el cielo. No hemos podido hacer fotos, nos lo han prohibido pero cuando llegue a casa buscaré por internet para ver si hay alguna imagen de esta parroquia, pues es maravillosa. En fin, me voy a cenar, que mi santo yo no me deja más suuuuuu ipooooood. Todo es suyo, mucha jeta.
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