No sabía que era importante tener teléfonos móviles que fueran rápidos

El otro día paseando por el centro de mi ciudad, escuché como un señor hablando por el móvil le preguntaba al del otro lado: —¿tu teléfono es rápido?—, que me quedé como anonadada, ¿qué quiere decir rápido cuando se habla de un teléfono móvil?, ¿que te lee el pensamiento al que vas a llamar y en cuanto lo sacas del bolsillo ya estas hablando con quien querías?

Claro, me imagino que los listos tecnológicos saben qué es eso de la rapidez en un teléfono y para qué sirve, pero yo que soy un poco lerda para estas cosas, no lo entendí. Igual se montan encima del teléfono móvil de sexta generación y les lleva volando al trabajo mejor que con un taxi y yo no me he enterado.

Estoy desfasada del todo. Mi teléfono tiene unos años —quiero decir el móvil— y chica, yo creo que el que tiene que ser rápido es al que llaman para contestar.

Porque una cosa tengo que decir, cuando de verdad lo necesitas o no tienes batería, o está fuera de cobertura, o al que llamas no lo oye, cosa bastante habitual, sobre todo cuando llamo a mis hijos, porque cuando van por la calle van con la música puesta en las orejas y no oyen nada.

Al final es normal que se queden sordos —los jóvenes, no los teléfonos—, pues siempre tienen algo puesto en los oídos. O música o el móvil —por supuesto no hablando con la madre—, o tapones para no oír lo que no quieren.

Bueno que si alguien sabe qué es un móvil rápido, que me lo diga, para saber un poco mas. No puedo dormir desde entonces.