El otro día en las noticias de algún Telediario perdido, escuché que desde el año que llevamos —que llevan— sin fumar en los puestos de trabajos y bares, han descendido los infartos y los cánceres hasta un 40% —que digo yo ¿y esto cómo lo miden?—, pero lo que no dijeron fue los enfriamientos y gripes que hay y en su defecto bajas laborables y disminución de trabajo, ya que se salen a fumar a la calle con el biruji que corre en estos inviernos de dios.
Algunos y algunas aun son precavidos y llevan puesto el abrigo o bufanda, pero otros tal y como están en su mesa se salen a la calle a poner cara de circustancia.
Ya, un enfriamiento no es como un infarto, pero creo que la gente fuma lo mismo por no decir casi más.
Por que claro, una duda pequeña pero dolorosa: si el que fuma se sale afuera a la calle a fumar, ¿el que no fuma?, ¿acaso trabaja más minutos que los fumadores y por la jeta o como es eso?, pues nada todos a fumar y a tomar el fresco y si hay maquinica de café, pues cafecito al canto para poder calentarse un poquito. Y en verano al contrario, algo fresquito. Una idea, para los que no fuman. Tienen derecho, unos minutos todos los días, a mirar un ratico internet, a leerme a mi y así compensan por los que fuman.
Mira, hoy que he estado en el médico, le podía haber preguntado por el fumar, pero con lo de mis rodillas ya tengo bastante. Dicen que fumar adelgaza, igual es mi solución.
Confirmado, tengo artrosis y el cartílago algo desgastado. Es como si te dijeran que estás vieja y que hay que joderse, pero con cuidado para no estropear más las oxidaciones, mecachis.
Pues a andar poco y descansando de vez en cuando, como las viejicas de pañuelo negro a la cabeza. Se acabaron mis lunes de senderismo. No sabéis el disgusto que ha cogido mi santo, que así podrá estar más horas pegado al ordenador. Espero que no le dé por fumar nunca, por que lo mando a la terraza, eso si, con el abrigo.
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