4 ene 2012

Promesas para el Nuevo Año, que seguro no cumpliré

Pues ya tenemos aquí el Nuevo Año y con él, los propósitos que hacemos todos cuando empieza; que si inglés, que si un poquito de gimnasio, que si aprender a nadar por si acaso, intentar perder ese peso que nos joroba las rodillas, dejar de fumar que cada día es más caro, etc. etc., etc.
Si hubiéramos cumplido alguna promesa de estas vacías, en algún año, no tendríamos que volver empezar prometiéndonos lo que tampoco vamos a cumplir. Yo la primera, que me digo yo: ¿el inglés, si no lo aprendes de crío que es cuando más fácil y más lo necesitas, para qué me quiero machacar ahora y cuando empiece a entenderlo ya estoy en el otro barrio? ¿Gimnasio?, esto si, que yo voy a Pilates, que algo es algo y hago prácticas en casa, para animar a mi santo, aunque no lo consiga nunca.
¿Nadar?, igual que el ingles, las piscinas no me gustan, a los ríos iba de pequeña pero ahora ya no se lleva ir a los ríos excepto que sean africano o del Pirineo, a la playa voy en primavera —cuando voy—, y entonces no apetece meterte en el agua, pues para qué perder tiempo si los tsunamis no son fáciles en mi ciudad.
¿Perder peso?, esa es mi asignatura pendiente que aunque lo intento no lo consigo, es muy difícil, pero ahí estoy intentándolo. ¿Y si me corto un cacho de barriga con el cuchillo de sierra?
¿Fumar?, ahí tengo suerte, nunca he fumado con lo cual ese está cumplido de fábrica. Una promesa que siempre me propongo es no enfadarme y ver todo de un color mejor; yo lo intento y lo intento, pero es que cada una es como es, y es muy difícil cambiar de forma de ser y de pensar.
En fin intentare perder lo que pueda y ver las cosas de color rosa :-) pero está tan bueno el chorizo picante y el jamón de verdad, qué joroba perder para nada. Casi es mejor pintar mi dormitorio de color rosa e irme a mirar la pared cuando me entre el mal genio. Y salir del dormitorio, directa a comerme el chorizo sin penas añadidas.

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