Ayer me fui al rastro que ponen todos los miércoles y domingos en mi ciudad. Hay que decir que voy pocas veces pero cuando voy siempre picamos algo. Mi señor marido que vino conmigo, que no le hacia mucha gracia ir (lo sé aunque disimule poniendo buena cara), pero por tenerme contenta me llevó.
Pues el caballero se compro un bolso bandolera, el tío tiene mas bolsos que yo, tiene de todos los tamaños, colores y estilos, según a donde va tiene uno.
La luna, cuando nació mi santo, debía estar un poco “paya”, ya que tiene un intimo amigo que se lleva con él diez días y son del mismo signo (Aries) y también le gustan los bolsos más que a un tonto un lápiz, hay que decir que éste le gana, pues todavía tiene mas.
Pero como decía mi marido viendo el bolsito de tela con ojitos de cordero degollado —es que por el precio no lo puedo dejar ahí— y no contento con el suyo, le compro otro a nuestro hijo.
Al final me lo va a contagiar, y dentro de poco pondré yo mi propia tienda de bolsos usados. Ahora que lo pienso ¿eso se heredara?
Por que a mi hija también le encantan los bolsos y también tiene un montón. En eso no se parecen a mi, yo me compro uno y hasta que se rompe, bueno tengo alguno más pero siempre voy con el mismo. Es un lió estar cambiándote las cosas de bolso, luego vas a buscar algo y no sabes si lo has perdido o te lo has dejado en el otro bolso. Lo mejor es tener uno para todos los días, y otro para los eventos. Me acuerdo yo (cuando era joven) que usaba uno blanco pera el verano y uno azul marino a juego con los zapatos más otro negro para el invierno y punto. ¡Qué pobre era! ¡Qué pobre soy!
Hay que tener un bolso para cada ocasión y de varios colores según el atuendo. No es lo mismo ir de campo, que ir a una fiesta, que ir de viaje,ni es lo mismo ir de azul o ir de naranja.
ResponderEliminarYo por lo menos tengo siete u ocho bolsos y los uso todos.