Esta noche vienen a cenar mis hijos mayores, para celebrar el Día del Padre ya que mañana mi yerno trabaja y el domingo no pueden venir por otros temas; bueno por que toca el timbal en una cofradía y tiene que ensayar.
A lo que iba, que vienen a cenar y hoy no me la he jugado, el postre lo he comprado en una tienda. Una tarta músico, que esta buenísima y que me ha costado 1,90 euros, en el BonAria (BonAria es una tienda).
Pensándolo bien, no merecía la pena manchar toda la cocina, gastar luz del horno, en fin, que el libro de los postres lo dejare con todos esos otros que se compra mi santo y que no los lee, solo sirven para que yo de vez en cuando les limpie el polvo.
Aunque bien pensado, los postres o las recetas no hay que hacerlas cuando nos vienen visitas, pues nos obligamos a trabajar mucho más en todo, en prepararles la mesa, la comida, la recepción. Estos platos chulos, los postres o lo que sea, es mejor dejarlos para ratos de ocio. Para disfrutar cocinando y pasárselo bien mientras se hace un invento nuevo. Si, para las visitas muy buena cara, una velada agradable pero comidas sencillas y compradas para no fallar. Y los experimentos para tardes de ocio.
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