Esto de los enfriamientos griposos son un rollo. Todas las navidades de mi vida estoy enfriada, para mi que es el invierno asesino, debería irme a vivir a Argentina. No sé como me las apaño para coger lo que no es mío.
Nochebuena aun la pase bien, pero en estoy momentos estoy mareadísima y con la nariz como los payados. Pero creo que debe ser de todo lo que estoy viendo y oyendo hoy. Entre los millones que cobra el Rey y la tarde que llevan en Sálvame, creo que por ahí viene mi mal estar. Por cierto me he enterado que la crisis se resuelve congelando el sueldo mínimo a los que menos cobran. Así da gusto, que por fin los pobres podamos ayudar en la crisis a costa de no cobrar nada. Para qué, si luego nos lo gastamos todo en marcas blancas.
Lo de ver Sálvame lo debería evitar, pero como parece una droga hecha para jorobar sacando historias asquerosas pues lo tengo que aguantar para no perderme lo más simpático de este puñetero mundo, aunque podía irme a dar una vuelta por el barrio, pero aparte de que lo tengo ya muy visto, hace un frío del carajo, así que estoy esperando a mi hijo que venga del cine para echar una partidica al parchís.
Buenoooo…, que me vuelve sin haber entrado al cine, que había tanta fila que no le daba tiempo de sacar la entrada. Claro, se va con el tiempo justo a los sitios y encima se ha ido al más lejano de casa; esta juventud es lo que tiene, que se creen que están en el mundo ellos solos, y además estoy segura que viene cabreado; dos horas entre ir y venir: —dos horas perdidas con lo que tengo que estudiar— dirá nada más llegar, seguro.
Bueno pues para descargar mi adrenalina hare bicicleta estática y fiesta. Me ha salido una entrada chunga, como mi enfriamiento de tos, pesada y asquerosa.

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