La vida cambia a saltos, a golpes de mala suerte incomprensible

¿Alguien me puede decir qué es la felicidad, la alegría, cómo estar bien con uno mismo? Ayer estaba muy contenta. Había puesto mi “Súper Belén”, mi gran “Árbol de Navidad” muy bonito este año, mi santo hizo una paella muy buena, y cuando más en armonía estábamos, vino un terremoto sin saber muy bien por donde y a cuento de qué y todo se nos desmoronó. 

A partir de ayer mi vida ya no será la mismo. 

Ya no voy a poder escribir muchas veces lo que pienso porque hay personas que se lo toman todo a modo personal. Uno piensa que esta haciendo las cosas bien, como pobremente sabe, y resulta que se da cuenta que después de muchos años de creer que lo hacía regular estaba equivocada y lo había hecho todo mal.

Ya no hay vuelta atrás para remediarlo y las cosas con la familia ya no será igual.

Lo siento, ya sé que yo soy muy rencorosa, pues en mi vida he pedido perdón muchas veces, me he rebajado muchas más, he intentando olvidar de grandes putadas que me han ido haciendo en estos 50 tacos mal llevados, y ya no lo hago más.

Al final al que menos quería tener yo, es el que más cariño me da; mi perro, mi Chuski. Ya sé que no es lo mismo que las personas, pero cuando no hay otra cosa, un lametazo limpiándote las lagrimas es maravilloso, y que no se aparte de ti por que te ve triste es un detalle muy de agradecer.

Mientras tú estás triste él también lo está, es como si entendiera los cosas. De todos modos no hablan. pero a veces lo entienden todo mejor que las personas, una pena que no puedan hablar y tomar decisiones.

Y un detalle para finalizar. Mi santo es un santo, un bendito.