2 dic 2011

Este año, mi Belén será más grande que mi dormitorio

Pues ya estamos en el mejor mes del invierno —en verano es agosto por las vacaciones—, je, je.
Diciembre es el mes del amor, de la solidaridad —como si solo hubiera pobres en diciembre— los buenos sentimientos, el mes cuando más nos acordamos de todos de vivos y muertos, y cuando más buenos somos pero de postizo. 

Tendría que ser siempre diciembre, así por lo menos algunos recibirían paga extra todos los meses y podrían gastar más en las tiendas que lo están pasando muy mal.
Tiempo de comprar, aunque sea poca cosa más, pero algún regalito das y recibes, cualquier cosa sirve. En mi casa siempre caen libros, libros y libros, oye, y nunca se repite ninguno. Y colonias de las baratas; como veis discurrimos mucho todos. 

Se me olvidada, es también el mes de la salud, por la lotería lo digo, por que como nunca nos toca todos decimos que “¿mientras tengamos salud?” pero yo por lo menos lo digo con la boca pequeña. La Lotería es otra manera de pagar impuestos, pero en cambio son impuestos que soportamos con gracia y alegría. Que no se entere Rajoy que nos pondrá más “loterías” obligatorias.

La salud con los meses de frío se mengua, por que a estas alturas de los años que tenemos encima, todos tenemos achaques —yo artritis en las rodillas—, mejor seria que nos tocara un pellizco de la Lotería y no un pellizco en las rodillas, por lo menos para todos estos que estamos en paro. 

En fin, este año yo por lo pronto voy a poner un Belén bien grande, para ver si tiene algo que ver con la suerte. El año pasado solo puse el nacimiento, y este año no es que haya sido del todo bueno, pero me apetece poner un pedazo Belén. Así que aunque no soy supersticiosa, este año bien grande, lo voy a poner de 6 metros cuadrados en toda una terraza que tengo. Con tendederos y huerto con plantas de verdad. Lo más bonito de todo es seguir jugando a ser niña y reírme de los problemas. ¡Pa lo que me van a dar, me río!

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