4 nov 2012

Coño con la ayundante de cocina que trabaja más que el "jefe"

Ayer mi hijo me dijo que hoy él haría la comida para todos, pero que le acompañara a comprar sus inventos.
—Mal empezamos— le dije.
—Tú tranquila, que haré todo yo, tú solo me miras.

Pues nada, hoy me he sentado en la silla de la cocina, para mirar según él, y hemos empezado con un:
—Córtame el conejo, que yo no se. Ya que estas aquí, pélame los ajos. Me hace falta perejil mama, anda sube a la terraza y cojéeme un poco. ¡Ah! Y ana hoja de laurel.
Vuelta a subir, ¿estaré tonta?
—Anda mama, mientras estás sentada pélame las patatas para la ensalada.
Y así todo el rato; y tiene la cara de decirme:
 —Es que eres mi pinché— no te jode, ¿pero yo no iba a estar solo sentada? —ya pero ya que estas aquí, para que no te aburras me ayudas un poco.

Estoy más cansada que si hubiera hecho yo la comida, por que yo me busco cosas fáciles, pero él no, ensalada maña y conejo a la montañesa.

—Ahora podríamos hacer algo de postre—,
¿Podríamos o podría yo?, por ahí no paso,  me he negado en redondo, me duelen las manos de picar ajos, pelar patatas y cortar el conejo.
Casi mejor otra vez hago yo sola la comida. Unas migas a la aragonesas de esas que solo hace falta calentar y un pollico asado y listo.
Lo que cansa ser pinché para lo que se cobra.
En mi caso nada, la satisfacción de ver a mi hijo como aprende.

Y además mi santo tiene la obligación de hacer la comida de los domingos, que la hace muy bien, y esta semana se ha librado el morros de él. Pero el hijo no lo quiere de “pinche” pues le manda mucho. Joderrrrrrr.

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