24 nov 2012

Yo quiero ser feliz; prohibido no intentarlo

El jueves me levanté con el espíritu de que voy a ser feliz, pase lo que pase, y que nada ni nadie me va hacer sentirme mal; veremos si logro conseguirlo, al menos durante una semana.

Ya esta bien de estar siempre triste, amargada y melancólica, a veces por tontadas. He decidido que me voy a ir todos los días de  vermut y cervezas, como cuando voy de viajes
¿Por qué si lo hago cuando estoy fuera, no lo voy hacer en mi propia ciudad?

A lo mejor eso de no moverme de aquí, hace que esté deseando irme de viaje, o no. Ya veremos.

De momento el jueves me iba al cine a ver la peli “Lo imposible”, y como la naturaleza es sabia, quiso que el autobús diera una buena vuelta por una manifestación y no llegamos, como quiero estar alegre y la peli es un poco tristona, pues eso, en  cambio me fui de cervecitas y mejillones, de más cervecitas y ensaladillas variadas, con mi santo conversador.

Veremos si no viene algún amargado y me estropea mis planes para ser feliz.

Se lo dije a mi santo antes de irme a Pilates, y pensé: ahora, como es muy listillo el hombre este, a lo mejor me pone carteles por la casa para recordármelo y me compra margaritas que son las flores que me gustan. Pero no, ni carteles ni margaritas, el ordenador, el puto santo ordenador y con ello no tiene tiempo para mis tontaditas.

Claro que yo ni corta ni perezosa, se lo dije. Respuesta del santo: —como eres tan rarica seguro que si te compro las flores, dices que se mueren y para qué gastar, y los carteles, pues sí, lo había pensado pero se me ha olvidada hacerlos
No me he enfadado como haría otras veces. Simplemente le he deseado que le entraran cagaleras con dolores.

Ayer no me tocó cervecitas, el buen santo me llevó a una conferencia que hablaban sobre el Ebro, eso río tan caudaloso que pasa por mi ciudad, y al que miramos de reojo.
Este es otro tema, para hablarlo largo y tendido, pero sí os diré que me vine con la impresión de que aunque os parezca mentira, en cualquier momento se desborda y llega hasta mi casa, y lo digo en serio; algunos, que son muy agoreros.

De momento ya llevo dos días con el experimento de ser feliz y todavía estoy contenta, anoche casi flaqueo, pero me dije: “niña, arriba los corazones”.

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