Cuando yo tuve a mis dos hijos no se podía subir a los autobuses urbanos con los carritos de los niños pues no había sitio para ellos y simplemente estaba prohibido, y como encima éramos más pobres que ahora no teníamos coche y para más inri, vivíamos en un barrio bastante lejos del centro, luego o cogíamos un taxi para ir a casa de los abuelos o al centro, o nos íbamos a patita y andando. Bueno pues ahora como todo cambia y algunas cosas para bien, te dejan subir en los autobuses urbanos con el carro del bebé.
Según de qué humor esta el conductor (la norma es que no suban mas que dos carritos), se salta la norma y te deja subir más de dos; hasta aquí todo bien; pero claro, ahora bien lo mejor, algunas mamás se creen con todo el derecho y casi te obligan a bajarte del autobús para poderse acomodar con sus carritos, esos que ahora son como un seiscientos y que abultan un montón.
Todos tenemos derechos, ellos y nosotros, y lo que hay qué hacer es no subir con malos humos y creerse con mas derechos que los demás.
Lo digo porque el viernes nos pasó a nosotros (tres carritos por gloria del conductor bueno) y en el centro del autobús íbamos todos como sardinas y encima ellas quejándose y haciendo piña, cuando en realidad tenían medio bus para ellos. Pienso que los carros tenían que ser tipo paraguas, de los que se recogen y abultan la mitad, y por favor que no se quejen; que encima que solo pagan un billete abultan como cinco.
Una vez iba yo en un bus con cuatro carros, y los demás íbamos como sardinas en lata porque no cabía nadie.
ResponderEliminarPorque ahora viene la polémica, las sillas de ruedas tiene preferencia sobre los carritos.
Si un minusválido quiere subir, y tiene que bajarse un carrito ¿también montarían follón?
Las señoras con carritos bien sean de bebé o de compra se creen con derechos por encima de los demás cuando son como todo el mundo.
Y no, no son cosas de la edad, que yo soy más joven que tú y también me joroban algunas de estas cosas.