Esta mañana temprano, a la hora en que la mayoría todavía no nos hemos despertado del todo he cogido el bus para ir al centro. Ha subido una señora gruesa y menopáusica de los nervios por su edad —cosa que no me extraña tampoco por su comportamiento—, y en ese momento los asientos especiales que hay para embarazadas y personas mayores estaban ocupados.ERa mayor pero no tanto como para tener derecho de pernada sobre los asientos especiales.
Bueno, pues nos hemos tenido que oír de todo: —¡qué juventud!— que es lo primero que se dice, cuando en realidad esos asientos estaban ocupados por también personas mayores aunque más delgadas que la histérica.
Pues al final le ha dejado el asiento un señor que todavía ha despotricado más que la señora, y la escena es cierta: —Esto es lo que trae la democracia, no hay respeto, se han perdido los valores, claro, van todos a votar en masa y pasa lo que pasa —decía en voz alta el elegante señor asqueroso— me parece bien que se vaya a votar, pero luego son capaces de elegir a la Belén Esteban.
Me he vuelto y resulta que el autobús por detrás estaba con varios asientos vacíos. Mi pregunta es: ¿por qué tanto despotricar?, creo que tanto a él como a ella les hacia falta un buen polvo como suele decir mi santo, para perder los nervios y el furor uterino comprimido.
Pero lo mejor ha sido cuando según el buen hombre facha toda la culpa la tiene Belén Esteban. Eso ha sido ya demasiado. ¿Tan sencillo es resolver los problemas como enderezar a la Belén?, ¡jope! qué fácil sería.
Me he levantado y como mi santo no me ha dejado meter baza, me he bajado una parada antes, no aguantaba más al boceras habando en voz alta para hacer proselitismo entre la gente, pero ojo, todos en silencio, como si aquel fanfarrón de 50 tacos los fuera a matar a todos de miedo. Mi santo no me deja comerme a los que se me tuercen, pues me dice que luego será él quien me tenga que sacar del entuerto, y puede que sea verdad, pero me quedo con las ganas, os lo juro.
¿Qué sabemos, qué saben los tontos de los que van sentados, que igual son cojos, les duele un pie o los dos, tienen fiebre o llevan un marcapaso?. Siempre confundiendo el tocino con la velocidad y sin querer desplazarse unos metros en busca de otro asiento.

Más que un buen polvo lo que necesitan algunos es una buena ostia.
ResponderEliminarEso queria hacer yo, pero mi santo no me dejo jejeje
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