Pues si por fin se vistió mi hija sola de baturra en el Día del Pilar. Y no una vez, si no tres veces en estos dos días, con tres bemoles. Y encima se pone el mantón que es lo mas difícil, mejor que se lo ponía yo. Esto quiere decir que aparte de hacerse mayor, me ha estado vacilando todos estos años.
Yo creo que lo que de verdad quería era estar conmigo ese día, hacerme madrugar, y joder… un poco.
Estoy contenta por este lado, de que se ha hecho mayor y veo que puede hacer las cosas sola. Al fin y al cabo solo tiene 30 años que en estos tiempos, je, je, con 30 años todavía se es un bebe.
Pero que no penséis que es fácil vestirse de baturra. Hay trajes sencillos de poner, pero mi hija no se conforma con cualquier cosa, ella siempre todo a lo grande como es ella —grande— y ha aguantado como una machota la Ofrenda de Flores, el Rosario de Cristal; aunque para el año que viene le falta la Ofrenda de Frutos y así se hace todo el cupo :-) La triada completa.
Eso si, hoy me imagino que estará para el arrastre, claro que “sarna con gusto no pica” jajaja. Peor lo tienen los que encima hoy tienen que ir a trabajar; esos sí que tienen merito.
Pues nada hija, ahora a esperar al año que viene. Y para los pies, nada como una crema de las especiales. Es lo que tiene salir en procesiones.

A todo se aprende en esta vida, sobretodo si hay buenos maestros.
ResponderEliminarY la verdad que llevo los pies llenicos de heridas, y agotados, pero una vez al año no hace daño.
Por cierto la ofrenda de frutos se ve muy bien desde el sofá con los pies a remojo, en pijama y almorzando :).
Pero eso no cuenta. Hay que hacer el sacrificio completo. jajajaja
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