Ahora el descerebrado de José Bretón se ha puesto en huelga de hambre “full”, aunque lo que yo no sabia es que en una huelga de hambre se puede beber leche y comer polvorones. Vamos que hay grados de huelga de hambre como si se tratara de “a la carta”.
Y encima le ponen vigilancia para que no haga ninguna tontería, para que no se las haga y para que no le hagan los demás caricias desproporcionadas. Y yo digo…, ¿estos que lo vigilan, no tendrían ganicas de irse a mear todos a la vez, para ver quien mea más lejos, y así dejarlo un rato solo, al pobre? Más que nada, para ver qué le pasa si se encuentra solo con los “chicos de la cárcel”.
Otra posibilidad es que lo mande a mear a él solo, porque eso de hacer caquitas delante de gente no sabe hacerlo muy bien y a lo mejor en un descuido, agachado y con los pantalones bajados ¡zas!, se nos resbala con los meados de los demás y se pega un porrazo en su corta cabecica de chorlito. ¡Qué pena!, pues que se nos ha espachurrado el señorito este. ¡Qué blanda y vacía tenía la cabeza!, se preguntarían los médicos forenses que NO saben hacer informes.
Lástima de hombrecico, lo mejor seria que lo declararan loco y lo llevaran a un manicomio, pero ahí revuelto con los que peor están, porque en la cárcel y vigilado va a vivir mejor que en su casa.
Bueno yo de momento no voy a probar la dieta de hambre con polvorones, no vaya a ser que piensen que estoy muy mal del coco y sea a mí, a la que me lleven al manicomio.
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