Puñetero octubre, vete ya de mi lado

Por fin se acaba este mes que ha sido para mi largo, lassrgo, lasssrrrrgooooooo.

Empezamos con un mes de octubre cálido, con decir que hace 20 días estaba bañándome en la playa y ahora ya vamos con el chaquetón y el pañuelico al cuello. Me resistía a poner la calefacción hasta el uno de noviembre.

A los hombres de mi casa les decía que cuando tuvieran frío hicieran bicicleta estática, que la tengo en el salón, para que así viendo la tele sea mas entretenido. Pero claro hay una pega, que el perro no llega ni al manillar ni a los pedales, y ayer el pobre temblaba como unas castañuelas, así que me tuve que bajar del burro y encenderla un rato, no podía consentir que el pobre pasara frío, yo le hacia subir y bajar las escaleras de la terraza, pero el pobre tiene tan poca chicha que cuando baja todavía tiene más frío.

Y es que ya dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, y en mi caso es el que más mimos y besos me da. ¿Y por qué dicen el mejor amigo del hombre y no el mejor amigo de la mujer?, malditos machistas de diccionario.

Mi hijo ya me ha echado la bronca por primar antes el frío del perro que el suyo, por que claro él hacia días que me decía de encender y yo lo mandaba a la bici.

—Ya se ve a quien quieres más; pues cuando seas vieja que te cuide el perro.

Lo malo es que cuando yo sea viejecita, el perro ya no estará, más que nada por que los perros viven bastante menos que nosotros y ya tiene 7 años que son como 49 nuestros. Pero él no lo sabe. Es el perro guardián de la familia y está para vigilarnos. Y oye, es que nunca se queja. Yo en la otra vida quiero ser perro. Bueno o ya veremos, que ser mujer también está muy bien ¿no?

Hoy me tocaba tarde de exposiciones y culturas varias

Hoy nos ha tocado ir de exposiciones, como está lloviendo no apetecía estar por la calle, aparte de que de vez en cuando nos gusta ir a ver alguna de las muchas que ponen en nuestra ciudad. Para el tamaño que tiene Zaragoza, estamos muy bien servidos.

Hemos estado viendo una de Gaudí, titulada “Gaudí único” en donde no había gran cosa nueva para nosotros pues habíamos estado hace pocos meses viendo la Sagrada Familia en Barcelona; si acaso unos pocos de bocetos de la Sagrada Familia, y algún boceto de escayola en miniatura, pero bien. Un gran tipo este Gaudí.

Y después, en el mismo edificio central de Ibercaja había otra exposición de la artista María Belacortu y Gabriel Bueno y Lorenz. Completamente diferente a la anterior, pero me ha gustado mucho; eran unos grandes cuadros en pantalla, que se movían lentamente he iban cambiando a otras formas, con mucho colorido. Era una transformación de objetos diseñados por ordenador, que se iban convirtiendo en otros ligeramente diferentes, como si tuvieran vida y fueran creciendo y cambiando de formas.

Y para terminar y después de haber estado montones de veces en ese edificio hemos descubierto que había una sala de cine, nos hemos metido y estaban echando una película alemana muda muy antigua, “Metrópoli” de cine mudo pero con música muy actual, potente y moderna; y después había un coloquio sobre la ciencia ficción y las ciudades.

Así que sin querer hemos pasado una buena tarde, y hemos descubierto algo nuevo y gratis que es lo que a mi más me gusta. Bueno gratis, gratis, pertenece a la Caja de Ahorros de IberCaja, donde tenemos muchos aragoneses los pocos dineros que hemos ahorrado, así que me supongo que con mi dinero y el de los demás harán estas cosas, y muchas más dentro de lo que llaman Obra Social y Cultural. Pero peor es que se lo gastaran en langostinos y caviar ¿no?    

Música brasileña, gratis, para mi barrio que casi parece un pueblo

Casi todos los fines de semana hay alguna actuación en el Centro Cívico o Cultural de mi barrio, es un barrio pequeño pero el director del Centro Cívico Distrito 14 se mueve mucho, junto a la asociación de vecinos, de la cual somos socios en esta santa casa por 10 euros al año. Jope cuanto detalle pongo ¿verdad?, pero bueno sirve para saber por qué poco dinero se pueden hacer actividades en los barrios.

Ya el año pasado fuimos a algunas actuaciones, pero la de ayer, de música brasileña y argentina, estuvo muy bien; con solo un piano de esos eléctricos, como el que tengo yo —lo digo en serio, que tengo uno que me regalo mi santo y alguna vez que otra lo toco de oído, bueno, ese es otro tema para otra entrada— como digo; con un piano, un saxofón y una cantante nos dieron una actuación de 90 minutos de música latina, que me río yo de la Pantoja u otras famosas de mucho vestido.

La moza cantó en portugués, inglés, francés, español y un tango en “argentino”, cada canción con su acento propio. Y sin necesidad de cambiarse de ropa entre canción y canción. Cambiaba el tono, el movimiento, la sonrisa y nos convencía de que estábamos ante diferentes músicas.

Cobrar me imagino que cobrarían poco, por que esto lo paga la asociación y mucho dinero no es que tengan, por supuesto la entrada fue gratuita, como todo lo que se suele hacer en estos sitios.

Artistas que me imagino —lo sé por mi santo, pero me callo— que cuando canten en otros lugares su cache será un poquito mas alto para compensar con estos otros días del “casi gratis”. Gente que no es conocida más que por unos pocos, que no se llevan dinero a espuertas como los famosos de la tele y que muchas veces lo hacen por que les gusta y quieren que los demás disfrutemos, algo que muchas veces cuesta tan poco para hacer feliz a los demás. Lo malo es que no nos damos cuenta —yo la primera—, y estamos casi siempre amargados. En fin, espero cambiar pronto, si no, no me va a dar tiempo a enterarme del cambio.  

La justicia ya ha hecho injusticia

Pues ya nos ha contestado el señor juez, ese señor oscuro que viste de negro sucio ¿y qué ha sentenciado…?

Pues que como mi santo no ha empeorado del corazón en estos dos años (solo le da algún sincope muy de vez en cuando), y la vista tiene todavía el otro ojo para ver, pues nada, que está para trabajar, aunque no nos ha dicho en qué, tras cinco años de bajas médicas; si acaso en algo como él, que es estar sentado y escuchando lo que le dicen los abogados, o como nos tocará a partir de enero, que es cuando se acaba el paro, pedir en la puerta del Pilar.

Gracias a Dios, eso de pedir no nos va a tocar, por que ¿quién lo va a querer para trabajar con los años que tiene y el currículo de enfermedades?

Pues nada, hasta que llegue la jubilación, recorreremos cada día la casa de los amigos para comer. Reconozco que hay n estos momentos millones de personas que están peor que nosotros, pero cada uno se queja donde le duele.

No hay derecho que trabajando desde los 14 años, pagando religiosamente todos los impuestos, cotizando 44 años en el Régimen General, ahora que te hace falta que alguien te ayude, te lo denieguen. Así que estoy con una rabia que me como a los indios que salieran por la ventana.

Antes daban las jubilaciones muy alegremente y ahora no hay dinero; ¿dónde está todo lo que él ha pagado? Y se suelen quejar los que ya están jubilados, que están cobrando gracias a todos los que hemos estado pagando (también ellos han cotizado, ya lo sé). Pero mucha subvención para viajes, centros cívicos de mayores, cursos que les hacen gratis para ellos. Y para los que estamos como nosotros ¿qué?, en fin que estoy que hecho cohetes. Vale, que lo sé, los abuelos no tienen la culpa, pero joder, algunos jueces han debido ir a colegios de bordes, que si no es imposible entender que a un hombre con esa edad no le concedan una ayuda.

Me gusta ordenar armarios. Pero no tanto

Nunca pensé que revisar los armarios y decidir qué guardas y qué tiras, fuera tan cansado. Claro que juego con ventaja para cansarme, son los armarios de mis hijos, a los que tenía casi prohibido entrar a mirar.

Dos bolsas de las grandes de las de basura negra, de esas que emplean las tonadilleras para llenarlas de billetes de 500, tengo para que revise mi hija cuando venga de visita a comerse mis paellas, por que la mayoría son cosas de ella, y ya me ha dicho su padre: —¿no pensarás tirarlas antes de que la revise la chica

—¿Noooooo, he contestado yo— ante el peligro que eso supondría, ¿como voy hacer eso yo?. La verdad no lo había pensado, pero tiene razón, que luego vienen las broncas y las caras de asesina de gorrinos en tiempos de jamones.

Dos horas largas he estado y me encuentro mas cansada que haciendo Pilates, y lo que es peor, yo pensaba que se iba a quedar el armario vacío, pues no, se ha quedado casi igual de lleno, ¿dónde guardaba yo antes tanta ropa? No sé, pero creo que tendré que volver a revisar y a meter en más bolsas, ropa de tallas perdidas. La verdad es que guardas y guardas ¿y para qué?, si luego vas siempre con lo mismo, con lo que más a gusto estas. Y sobre todo cuando llegas a cierta edad. Cierta o incierta-

Yo de joven llevaba mis buenos tacones (así llevaba los pies) y ahora zapatico casi plano; y no voy con deportivas por que siempre tiene que quedar algo de presumida dentro de cada una.

El armario ya lo he desalojado, pero ya veremos cuanto tiempo tengo ahora las bolsas en el pasillo, que esa es otra, paciencia me digo a mi misma. En cuanto pasen dos días si no se han revisado van a la parroquia, lo malo que yo sola no puedo, y claro para sus cosas —lo digo por mi santo he hijo— siempre tienen tiempo, pero para ayudarme a mi cuando les digo, ese es otro cantar.  Siempre me dicen que enseguida van, pero ese “enseguida” es veta a saber cuando.

Caminaba como una enamorada bajo la lluvia, cuando ¡zas!

Hoy, como llovía bastante pero hacía meses que no me mojaba por la lluvia, he tenido la feliz idea de irnos a pasear por el parque del barrio, que esta en la orilla del Ebro; parece que esta  cerca de casa, pero si, si, menuda andadica que nos hemos metido.

Muy bonito eso si, un paseo por esos caminos de tierra debajo de los árboles enormes de un soto natural como dos tortolicos, con el paraguas para taparnos como dos enamorados; no había nadie, solo nosotros y las campanas del Pilar tocando a las 8 de la tarde.

Parecía mismamente que estábamos paseando por Hyde Park de Londres, todo verde, bueno creo que verde por que era ya casi de noche y no se veía muy bien. Y así le ha ido a mi santo, que entre la casi noche y que no ve bien, ha pisado un gran charco y zas, adiós al encanto del paseo, os podéis imaginar el vocabulario. Y los zapatos todos chipiados. Pero él, como un machote ha dicho que nada, que no notaba el agua dentro de los pies, hasta que ha llegado a casa y me los ha enseñado. Como unas barcas, en serio.

Pero hoy después de muchos años de los que tengo, me he dado cuenta de una cosa, que por lo menos me pasa a mi. Cuando estoy cansada de mente o de moral, me da por llorar. En cambio cuando estoy cansada de andar o de hacer ejercicio, vamos físicamente, me da por reírme y cuando más quiero ir para llegar antes a casa, parece como si en cuenta de ir para adelante, andará para atrás. Ya sé. soy rara de narices, ¡y qué!

Hoy le he pegado una paliza a un abogado, pero no estaba

Hoy me tocaba clase de Pilates y qué listo es mi profe, por que él no sabia nada del juicio de ayer. Pero unos de los ejercicios que nos ha hecho hacer es darle puñetazos a una persona no grata, a una persona imaginaria a la que castigábamos a puñetazos con la fuerza que sintiéramos en ese momento. Me ha venido de cine ponerle la cara  al abogado de ayer para darle los puñetazos, la pena es que él no se ha enterado, claro que con la fuerza que daba los golpes al aire igual ha sentido algo; según le he dado le he tenido que dejar la cara morada, por que colorada del agua con burbujas que se toma para desayunar ya la tenia ayer, se ve que la tardanza en llegar al juicio era que se estaba tomando algún carajillo, como hacia frío se calentó un poco antes de entrar a su trabajo.

Trabajo que consta en liar al juez, si es que el juez entendió algo de lo que decía, por que yo desde donde estaba no le entendía nada. Entre la bajo que hablaba y lo deprisa que decía las cosas era imposible entender nada. Bueno, hoy estoy mejor que ayer, lo importante es que mi santo esté tranquilo, por su corazón más que nada y eso con muchos ejercicios de relajación que le ha preparado la psicóloga en sus años de trabajo a medias lo ha conseguido.

Para la próxima semana, si tengo que volver a pegar a alguien, lo haré con el juez, que seguro que me da otro disgusto la semana próxima.

Hoy juicio por lo social. Mañana a llorar todo el día

Tras unos días en la playa una viene cansada con la vida, joder qué mala práctica esta de irse de semi vacaciones para volver más sufrida. Y es que si no somos capaces de quitarnos los problemas de encima, aparcarlos un ratico no es solución.

Hoy hemos tenido juicio social para la incapacidad de mi santo. Tiene el corazón muy jorobado y no ve con un ojo además de otros problemas que no quiero contar, lleva 5 años de bajas médicas pero no sirve de nada. No toca ahora que te concedan nada de nada. El abogado de la Seguridad Social, un tipo grueso con cara roja de beber agua de litines, ha llegado media hora tarde y el juez no se le ha comido los hígados. Si quien hubiera llegado media hora tarde hubiese sido mi santo y yo, nos hubieran dado lo mismo que llegando puntuales. Nada de nada. Pero nos hubieran lanzado una bronca de órdago.

Dice nuestro abogado que estos juicios son muy mejorables, pues tiene que dictar un señor que no entiende de certificados médicos, de informes de la Seguridad Social, de incapacidades reales, excepto por su experiencia en joder a los que piden. Perdón, que no se puede decir joder así como así.

No quiero decir como he salido del juicio, pues mi santo no me deja quejarme; con 56 años y 42 años cotizando por trabajar y cotizar desde los 14 años (pues en realidad empezó a trabajar con 12 años), ahora que está jodido le dan la patada y punto pelota. A pedir a la puerta de una iglesia.

Él, que parece medio tonto, se lo toma a buenas. Se sigue dedicando a ayudar a las gentes del barrio, a sus líos políticos de barrio. Me dice que es que estos jetas no viven en nuestros barrios, que si no fuera por que algunos se dedican a los barrios todos sería mucho peor. Lo miro y me río en su cara sin que me vea.

El baboso que ha llegado tarde, estará cenando hoy en un restaurante de mucha pasta y los pobres de nuestro barrio seguirán sufriendo por pagar la luz.

Una bruja de Anzánigo en mi isla desierta

Pues ya estoy de vuelta de la isla desierta. De ese lugar imaginario que nos montamos en la mente, para disfrutar con la libertad. Qué cursi me ha quedado.

Hemos estado mi hijo y yo muy tranquilos, sin discusiones, dando buenos paseos, viendo cosas del campo muy bonitas, sin ninguna necesidad de la tele para nada, echando muchas partidas a las cartas —que el puñetero siempre me gana—, con los sonidos del río y de los pájaros, y viendo las estrellas por la noche; vamos que más que estar en Anzáñigo, que es como se llama el pueblo en cuestión, parece que hemos estado en el cielo —si es que el cielo es así. 

Mi hijo sin Internet, sin ordenador, pero con unos buenos amigos, sus gordos libros, tantos como cuatro que se llevo, más que ropa. 

La casa a la vuelta me la he encontrado muy bien, como si no me hubiera ido, así que ya hemos dicho mi hijo y yo, en vista de que no nos han echado mucho en falta ni el perro ni mi santo: “cualquier día nos volvemos a ir, o bien a Anzánigo u a otro sitio”.

En compensación mañana me voy con mi santo a la playa, en compensación para él, claro. Ya sé lo que estáis pensando, que estoy todo el día fuera, pues sí, por que además cuando estoy fuera de casa, no me canso ni la mitad que me canso aquí, así que hay que disfrutar todo lo que se pueda. A ciertas edades una ya no sabe donde está mejor, por eso voy picoteando en tantos lugares. Y en casi todos estoy bien.

Me voy a una isla desierta, pero me llevo el parchís

Me voy con mi hijo, los dos solos, en tren, a una casa que tienen unos amigos en un pueblo perdido del pre pirineo. Es como escapar a una isla desierta, en serio y sin que se enteren los del pueblo, pero es cierto.

No hay  de nada en el pueblo (bueno, un casi bar sí hay) pero nada más; por no tener no tienen ni televisión en la casa; y no tienen por que no quieren, no han puesto ni la antena, para que ninguno de los que vamos nos de por comprarles la televisión.

Son solo tres días, tres días sin Internet, sin ordenador, casi sin teléfono móvil pues hay que ir a una esquina determinada del pueblo a pillar cobertura. Espero que a mi hijo no le de ningún “yuyu”, pero él es el primero que quiere irse allí, para eso precisamente, para estar unos días como un ermitaño, pero con mamá criada de compañía, ja,ja,ja. Y dejamos a mi santo y al perro solos.

¿Qué me encontrare a la vuelta?, un poco de mieditis me da, pero bueno, creo que nos va a venir bien a todos, tendremos unos días separados, estamos muy bien juntos pero desde que enfermó, llevo cinco años que no nos separamos para nada, y a veces hace falta un poco de respiro, aire, para volver con más ganas de estar con él. 

Leer es precioso, pero algunas no saben leer para disfrutar

Ayer empecé el Pilates y volví a ver a mis antiguas compañeras del año pasado. Mis compañeras de colegio de adultos, je, je.

Pregunta típica: —¿cómo estáis, chicas?

Contesta ilógica y tonta de una de mis compis, de edad normal para nuestras grasas: —hay chica, muy triste, muy triste.

—¡Y eso!— le requerimos con especial duda.

—Pues nada—nos responde con cara de compungida—,  que el año pasado me apunte al curso de lectura del Club de Jubilados y este año no me han cogido.

Y seguía diciendo con ganicas de explicar:  —yo, que nunca había cogido un libro hasta el año pasado y ahora me han dejado sin la ilusión de seguir leyendo.

Ya ves tú, después de 60 años sin leer, ahora le había pillado el gusto, incluso nos dice que nunca había leído un libro. Mentira.

Más vale tarde que nunca, también es verdad.

Y seguía y seguía hablando de lo apenada que estaba; ya no pude más y le dije: —pues si le has pillado el gusto,  ¿por qué no lees en tu casa?

Contestación de la señora lectora con esposo de un buen nivel formativo pues es economista: —Es que allí es mas entretenido, por que estamos 25 personas y vamos leyendo del mismo libro cada una de nosotras un par de hojas.

 ¡Toma ya! ¿pero eso es leer?, no sé, para mi que eso es pasar el rato, que es para lo que lo hacen esos cursos, que sirven y muy bien sobre todo para que la gente mayor salga de su casa y se relacione con otra gente.

Lees dos días a la semana, luego te vas el jueves a casa y hasta el martes siguiente no sabes qué va a pasarle a la señora del libro con su gato angora o qué hará al final el anticuario que está a punto de robar el cuadro famoso. Muchas dudas para dejarlas desde un jueves al martes siguiente.

Lo que no me acordé es de preguntar si el libro del año pasado lo habían terminado, por que si no es así no me extraña que este apenada, sin poder saber cual es el final del libro leído a trozos con deferentes voces. ¿Y se centran con la historia?, yo no podría.

Me gusta lo prohibido, soy una ilegal, lo noto cuando me peso

Pues ya hemos empezado mes nuevo y qué mes nos espera. Para empezar hoy nos tocaba enfermera, la cosa ha ido fenomenal, un kilico de más y otra poquica de subida en la glucosa; y a mi santo casi lo mismo, aunque el asqueroso no se engorda. 

Claro, es normal, estando juntos todo el día comiendo y andando y haciendo las mismas cosas pues eso “dos que duermen en el mismo colchón, se vuelven de la misma condición”.

Yo como siempre le he argumentado a la enfermera que en este mes y medio entre visita y visita, hemos tenido el aniversario de boda, mi cumple y el de mi hijo; muchos acontecimiento, claro que ya no le he querido contar que habíamos estado también en San Sebastian y… ¿como privarse de sus pinchos?, era ya demasiadas excusas, aunque todas son verdad.

Mi santo ha dicho en cuanto hemos salido con esa cara de concejal de pueblo: —esto se ha terminado, a partir de hoy nos lo tomamos en serio”— y para celebrar el cumple de mi hijo que fue ayer y lo celebramos a medio gas por eso de que hoy teníamos enfermera, nos hemos comprado para postre tres pasteles de esos tan buenos de “mil hojas”, y cóooooomo estaban. ¡Dios, por qué los tienen que prohibir las enfermeras?

 Lo juro, este ha sido el ultimo pastel hasta navidades —¡andá! no me acordaba, la semana que viene es el Pilar, mis Fiestas Mayores— me tendré que ir fuera, para no pecar aquí.

Bueno, mañana empiezo mi Pilates, así que ya voy a empezar el mes de octubre haciendo ejercicio que algo rebajara la barriga. Mecagüenla.