3 jun 2012

Los menús de boda son otro timo más, pero legal y con premeditación

Pues tenemos boda en ciernes y no es la de mi hija. Estos amigos, para llevarme la contraria, je, je, se casan en este julio. Ya estoy pensando en si ponerme mala para no tener que ir. De todos modos, ya me he mareado después de ver los precios que llevan los menús de boda donde nos han invitado; le he dicho a mi santo que no siga contándomelo, que me estoy mareando de verdad. 

Qué precios, desde 65 hasta 120 euros por persona. ¿Qué menú habrán cogido estos chicos? no lo sé, pero mi santo ya me ha dicho, “yo les doy lo que pensaba darles y ni una peseta mas. Que luego viene el corte de la corbata, la liga de la novia, el champán en el zapato, y hay que estar echando dinero durante todos los postres”.
Mi santo me ha dicho que cuando saquen la tarta, él se irá al WC a vomitar y que no piensa salir a estas jilipolleces. Es muy suyo. Dice mi santo que serán unas 100 personas que a 100 euros y que más la tarta que va aparte, el coctel de bienvenida que también va fuera de presupuesto y la barra libre del baile, les sale todo por unos 14.000 euros. Y mientras tanto tienen que seguir viviendo de alquiler pues no han podido comprarse un piso ni como VPO. Solo de una cena que durará 3 ó 4 horas. ¡Jodo, petaca!
¿Y de verdad hace falta tanto dinero por comer un poco de lubina asada y estar un rato juntos los amigos, cuando muchos de los que vamos, no conocemos no siquiera al novio?
Creo que estas celebraciones desmesuradas de bodas habría que hacerlas con familia muy allegada (solo y nada más) y con los amigos que son con los que más estas siempre.
En este caso es la hija de unos amigos que conocemos de toda la vida, de hecho la madre de la novia es la madrina de mi hijo. Cuando eran todos ellos hijos pequeños, celebrábamos los cumples y nos solíamos juntar ciento y la madre en la casa que tocaba; esto fue hasta cierta edad, ya luego si hicieron grandes y cada uno lo ha ido celebrando con sus correspondientes amigos.
Con los padres nos llevamos bien y seguimos quedando de vez en cuando, pero ya digo al novio ni lo conocemos.
Muchas veces invitas por bien quedar, y no saben que quedarían mejor no invitándonos.
En fin me tendré que comprar ropa nueva y todas esas cosas que no me gustan nada hacer. De momento mi hijo ya me ha dicho que él no va y que el dinero que se ahorran en su comida, es el regalo para los novios.
Se nota que es economista.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario