Feliz Navidad para todos las y los que me leen (y para los demás también, pero menos, je, je). Anoche fue una cena de Nochebuena muy especial, nos pudimos reunir los más queridos, mi santo, mis hijos y mi yerno. Cenamos bien, sin mucha ostentación, pero juntos, que es lo que más importa en estos momentos.
Vino nuestro Papa Noel con regalos para todos, libros, muchos libros, y alguna cosilla mas. A mi santo unos fulares de colores vivos que parece le gustaron mucho, pues este hombre por libros es imposible, se los compra él y creo que los tiene todos.
Un poquito de marisco congelado, un pastel de pescado y salmón, una tabla de quesos muy raros y un recuerdo a nuestros padres pues pusimos costilla de cerdo y panceta de Soria, crujiente.
Y turrón compre poco pero no comió nadie más que yo que es a la que menos le interesa, pero una noche es una noche y Nochebuena solo hay una al año.
Poco mas que contar, que estoy esperando el Año Nuevo a ver si es un poco mejor que este. Me conformo con poder estar al año que viene los mismos o alguno más, que mi niño con 24 añazos ya va siendo hora que tenga alguna amiga especial. Más que nada para que de vez en cuando salga y nos deje algún ratico solos.
Tiene carrera, es guapo, serio y trabajador. Es alto y esbelto, colabora en casa y lo vendo gratis. ¿Tenéis alguna hija que se puedan interesar?, lo entrego con un lazo para animar a las candidatas y bien duchado.
La verdad es que el chico (bueno con 24 años casi lo deberíamos llamar el cacho hombrón) da poco mal y ayuda bastante en las ocasiones necesarias. Él se mete en su ordenador y no tengo hijo para nada, pero de vez en cuando una buena juerga viene bien.
Y ya se empiezan a levantar, me voy a comer mi panetone con café con leche, ayer se me olvidó comprar el chocolate de taza, mecachis.

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