Las bicicletas no son para las mujeres tontas (como yo, por cierto)

Hemos tenido que ir a Inspección de Trabajo por unas consultas (que no vienen al caso de momento), pero el asunto es cuando llegamos a las oficinas, el señor de información —muy amable— nos dió el nombre del inspector que nos tocaba, pero que le preguntáramos a una señorita que estaba en tal despacho.

Pues allí que nos fuimos a preguntar. Más de 10 minutos esperando mientras ella —la que nos tenia que atender— estaba hablando en el despacho de al lado contándoles lo que le había pasado con la bicicleta, pero no una vez ni dos, no sé las veces que estaba rebozando el drama, porque hasta nosotros —que veíamos toda la escena desde el pasillo y con la puerta abierta— nos lo aprendimos de memoria. Si me hacen un examen en ese momento, saco un 10 en “peligros de la bici ante un camino mal asfaltado”, seguro. Al ver que tardábamos a salir entró el señor de información y nos pregunto si no estaba la señorita, yo conteste que sí, pero que estaba hablando con las otras compañeras; meneó la cabeza y le dijo al señor de seguridad que por favor mirase cuando estaba el inspector correspondiente. Con dos bemoles bien puestos, la chica madurita de la bicicleta dramática ni se inmutó.

Ahora, eso si, cuando llegue a su casa toda cansada, dirá que qué mañana ha llevado de —como se dice en mi tierra— cascar, que quiere decir hablar sin parar y por los cuatro codos. ¿De donde habrán sacado lo de “los cuatro codos” en Aragón, para referirse a una persona que habla sin parar?, no lo sé.

Hoy hemos vuelto y tengo que decir que el inspector de trabajo nos ha atendido muy bien.

Y luego dicen que si las mujeres mandasen iría mejor la cosa; yo soy mujer y sin generalizar que siempre es malo, os digo que lo dudo un poco, viendo estos comportamientos de ayer y de otras que nos han tocado últimamente en diferentes organismos públicos. Por cierto a la tonta que hablado de su bicicleta la escuchaban otras tres señoras más, aunque tal vez lo de escuchar sea mucho decir, mejor sería “la aguantaban en su diatriba boba”.