24 jul 2010

Voy mejorando. Pero no se me nota nada. Gracias a todos y todas.

Os juro que estoy bien, simplemente es que no tengo ganas más que de estar quieta y callada. Debe ser efecto de la impresión.
Hoy hace una semana que estamos vivos, y lo digo con la tranquilidad de saber que es un frase inmensa, brutal. Pero una se acostumbra a casi todo. Incluso a llorar poco, cuando sé que tengo que llorar más. Tengo que seguir buscando las fuerzas que he perdido, pero no encuentro la forma de ver la salida. Sé, sabemos, que tenemos que cambiar cosas en nuestras vidas, sobre todo para seguir sintiéndonos vivos y con fuerzas. Y dar gracias a Dios, por la suerte que hemos tenido. Me voy al parque del barrio con mi santo y mi perro. Dice la médico de familia —que nos conoce bien— que ahora soy media persona y que con la otra media persona de mi santo hacemos una persona entera. Que eso es mucho.
Así que le hará caso.

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