Esta mañana hemos estado en el dentista (odontólogos para los finos) con mi hijo. Y ya dice mi santo que no se puede ir, que vas para una muela y al final son más.
Y qué verdad es.
Estuvimos a finales de diciembre, le mataron el nervio de una muela, tuvimos que ir tres veces y en la ultimo día le dijeron que tenia un colmillo picado, como no me lo creía me enseñaron el agujero que llevaba —pues si, es verdad— dije yo; pues nada allí que nos hemos ido hoy.
Y hoy le han dicho que tiene otras tres muelas más para empastar, ósea que al final de una muela le han salido cuatro.
Mi hijo dice que ya no sabe qué hacer, se lava los dientes, se pasa el hilo dental, se hace enjuagues, y tiene la boca peor que ninguno de la familia.
Solución que le ha dado el guarro de mi santo: “eso es de lavártelos tanto, mi madre no se los lavó nunca, los tenia muy feos pero sanos y nunca fue al dentista”.
Pues a lo mejor tiene razón y todo. Total que entre una cosa y otra 450 euros de nada que me va a costar la broma del odontólogo. Según va subiendo la factura debe subir mi consideración. Como le encuentre otra muela picada más, le llamaré “mecaguenlas”
Por que aunque estemos en enero aquí no hay rebajas, digo en los dentistas o cualquier otro médico al que vayas y que no sea de la seguridad social.















