Controlo mi amistad con el inodoro y lo malo es que tras las riadas de estos días vienen las calmas excesivas y hecho de menos estar sentada en el agujero. ¿Quién inventaría un lugar tan cómodo para leer? Creo que he perdido unos 100 gramos, que debe ser excesivo pues se me nota hasta en la cara, según me dice mi santo que es muy puntilloso. Hoy me he levantado con más ganas de no hacer nada. Los otros días no hacía nada pero sin ganas. Hoy pretendo no hacer nada pero con ganas de no hacer nada, vamos con decisión.
Anoche mi santo me hizo una sopa de pescado con arroz y me sentó de maravilla. Es un genio para la cocina, se equivocó de oficio. Hoy le tengo engañado para que me haga una sopa de cocido pero suave, que es muy dado a los platos muy contundentes. Aunque os voy a decir un secreto, me siento tan a gusto en el inodoro, que aunque me vuelvan las riadas no me importa, pues tengo un libro a punto de terminar.
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