22 ene 2011

Las terrazas son para el verano, excepto para los cabezones como mi santo

Ayer escribía sobre los horóscopos, que no sirven para nada pues cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre y es imposible dividirnos en doce paquetes. Y qué verdad es; mi hija por ejemplo es calcadica a su padre (ya sé, son padre e hija), pero de horóscopos muy diferentes, en cambio les gusta las mismas cosas y son igual de cabezones. Se les mete una cosa en la cabeza y hasta que no la hacen no paran, y no digamos de comprar, ellos se comprarían el universo entero y no tendrían bastante. Menos mal que ni son ricos y tienen un poquico de cabeza (grande), pero suelen pensar y se frenan. También es verdad que yo les suelo parar los pies (a mi hija ya no le mando tanto pues no está conmigo, y es tan mayor de edad, pues nada), pero al padre todavía hay cosas que le puedo retener.
En cambio mi hijo es como yo, igual de soso e igual de tacaño. Bueno, así compensamos un poco. Todo esto viene a que se ha empeñado mi santo en cerrar una terraza para tener una habitación más, dice el con cara de convencido; yo en cambio digo que otra habitación más para limpiar.
Pero creo que ahí tengo las de perder, es de esas veces que no lo voy a poder retener, así que ya tengo otro sitio para poner más libros y limpiar más. Cuanto mas vieja me hago mas faenas me busca el tipo este, dice que para que no me aburra, será hijo de su madre.
Tendré que llegar a un acuerdo con él; tú decides, tú limpias.
Pero al final como él no lo hace, me da asco de verlo revuelto y lo hago yo.
Así de lista soy.

1 comentario:

  1. Está claro que ya lo he conseguido.
    Simplemente limpiando yo la terraza.
    Y limpiando "a mi manera", que para eso será MI terraza ¿vale?

    Si te portas bien, te dejaré que entres, chata.

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