Ayer escribía sobre los horóscopos, que no sirven para nada pues cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre y es imposible dividirnos en doce paquetes. Y qué verdad es; mi hija por ejemplo es calcadica a su padre (ya sé, son padre e hija), pero de horóscopos muy diferentes, en cambio les gusta las mismas cosas y son igual de cabezones. Se les mete una cosa en la cabeza y hasta que no la hacen no paran, y no digamos de comprar, ellos se comprarían el universo entero y no tendrían bastante. Menos mal que ni son ricos y tienen un poquico de cabeza (grande), pero suelen pensar y se frenan. También es verdad que yo les suelo parar los pies (a mi hija ya no le mando tanto pues no está conmigo, y es tan mayor de edad, pues nada), pero al padre todavía hay cosas que le puedo retener.
En cambio mi hijo es como yo, igual de soso e igual de tacaño. Bueno, así compensamos un poco. Todo esto viene a que se ha empeñado mi santo en cerrar una terraza para tener una habitación más, dice el con cara de convencido; yo en cambio digo que otra habitación más para limpiar.
Pero creo que ahí tengo las de perder, es de esas veces que no lo voy a poder retener, así que ya tengo otro sitio para poner más libros y limpiar más. Cuanto mas vieja me hago mas faenas me busca el tipo este, dice que para que no me aburra, será hijo de su madre.
Tendré que llegar a un acuerdo con él; tú decides, tú limpias.
Pero al final como él no lo hace, me da asco de verlo revuelto y lo hago yo.
Así de lista soy.

Está claro que ya lo he conseguido.
ResponderEliminarSimplemente limpiando yo la terraza.
Y limpiando "a mi manera", que para eso será MI terraza ¿vale?
Si te portas bien, te dejaré que entres, chata.