A mi no me gusta nada que se rían estrepitosamente los políticos serios, cuando los problemas nos afectan a todos. Pueden reírse en su casa, en la intimidad como decía Aznar con el catalán, pero reírse delante de todos cuando las cosas están mal, pues no sé, creo que no pega. Mi santo me enseñó esta imagen que os dejo, que es de hace unas semanas ya, pero con la crisis encima de todos, para fastidiarnos todo. Sobre todo a los jóvenes y a los parados que tienen una edad complicada.
Todo se resuelve despidiendo a la gente. Que hay que recortar gastos en un ayuntamiento, en una universidad, en una empresa. Pues se despide a gente. Que hay que ahorrar gastos en una gasolinera o en un supermercado. Pues se despide a gente. Que una obra de teatro se puede hacer con 3 actores en vez de con 5, pues se hace con dos y el tercero lo ponemos como voz en off.
No sé si lograremos alguna vez tener más trabajo para todos, pero tal vez haya que repartirlo entre los que están con ganas y capacidad para trabajar, toque a lo que toque.

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