Estoy pocha, como las plantas de mi terraza que se han helado por el frío que esta haciendo; llevo un disgusto tremendo, más que nada porque tendré que quitarlas todas y eso lleva trabajo.
Lo malo que no podemos casi ni salir de casa, por que con todo lo fuerte que estoy se me lleva el aire, y claro, tengo que tener cuidado no me caiga encima de alguien y tengamos un disgusto por aplastamiento. No lo digo por mi lo digo por si le rompo algo a alguien ☺.
Que graciosa estoy ¡verdad!. Pues no tengo el cuerpo para risas.
Está mi yerno ingresado de urgencias y esperando que lo operen, y lo que aparentemente era una hernia inguinal ahora son unos bultitos que hasta que no abran y le hagan una biopsia no verán lo que hay. En fin tendremos paciencia y rezaremos.
Yo no creo mucho, en casi nadie ya, pero por si acaso, he puesto su foto y unas velas encendidas, para que lo iluminen con incienso, que dicen que espanta a los malos espíritus. Lo he puesto en casa, por que en el hospital no creo que me dejen, aunque con las vírgenes que tienen por los pasillos, se las podía poner a ellas. Pero no, mejor en casa.
Para quitar hierro al asunto, les decimos que han hecho bien estando ingresados en el hospital, por que con el frío que hace así se ahorran la calefacción, pero la mala procesión va por dentro pues los nervios siempre son malos. Esperar, desespera.

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