Llevo muchos días sin escribir, pero es que me pasa como a mi tía anciana — la de mi santo que ya casi no sé en el día que vivo y no tengo tiempo de nada, mejor dicho de hacer nada— pues eso, que tiene razón la mujer en algunas cosas, que esta un poco “pa yá”, pero a veces tiene su lucidez. Ella nos dice: —no me acuerdo de nada, pero casi mejor, pues así no pienso ni sufro—, “toma ya” con la señora y la filosofía de anciana.
Así que antes todavía nos contaba cosas que le habían pasado hace 40 ó 50 años, ahora o las sueña o se las inventa, por que hay que oír las cosas que relata como auténticas, pero bueno ella es feliz así y nosotros nos reímos un poco con ella.
Ahora eso si de su dinero se acuerda y te pregunta 14 veces; que si tiene bastante hasta que se muera, que estos cafés los paga ella con su dinero, en fin, se acuerda de qué es el dinero, pero no del valor que tiene. Se arma unos líos tremendos por que tan pronto nos habla en pesetas como en euros.
—Dale de mi dinero al chico tres duros— nos dice cuando se acuerda, ósea 15 pesetas de las antiguas, o lo que es lo mismo 10 céntimos de los de ahora. Nuestro chico dice, que tiene 24 añazos.
Yo me río mucho con ella y a ella le gusta que yo me ría cuando nos juntamos, y si no me río me dice que me ría, que le gusta verme reír, con lo seria que parezco yo; pues nada ahí me tenéis riéndome con ella en la Residencia, la verdad que con ella —que en estos momentos que no se entera de las cosas y se arma unos líos descomunales— te ríes aunque no tengas ganas. Ahí va uno de sus últimas cosas —oye, y mi madre ¿que era de mi?— toma ya, a ver como se lo explicas. Por cierto en sus tiempos de moza, fue una de las primeras mujeres en nuestra ciudad que llegó a ser encargada de un gran comercio de ropa. Estamos hablando de los años 40/50- Una mujer a la que le encantaba leer de todo un poco y que entendía tanto de política como de lo que sucedía en su ciudad. La vida es así de dura o de inevitable.
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