26 may 2012

Duelo a muerte al amanecer, entre coros vecinos

Ayer estuve viendo la actuación de unos coros en mi barrio. Me recordaron viejos tiempos cuando yo cantaba en un coro muy chulo. Estuvieron muy bien, incluso con tangos bailados y todo más un pianista muy joven y guapo acompañando parte de las canciones, pero… ¡qué envidiosos somos todos!

El coro de mi barrio, que organizaba el festival, había invitado a otro coro más importante y conocido a cantar, y la directora del nuestro se enfadó con los invitados, porque cantaron más canciones que ellos fuera del programa y encima —según mi santo— lo hicieron mejor. Para gustos están los colores.

Lo malo es que se notó demasiado el enfado y quedó bastante horroroso; en fin, es normal entre gallos de pelea. El nuestro, es un coro de barrio —cuidado, un gran barrio de 77.000 habitantes— con 52 componentes, y tanto la directora como gran parte de los cantantes son mayorcitos —como yo, je, je—, pero para mi gusto lo hacen muy bien, por que es muy ameno.

El otro grupo, es el coro de un banco muy importante de Zaragoza, con gente de todas las edades y una directora jovencísima, y eso creo que es lo que mas le jorobó a la directora nuestra, la poca edad y lo diferente que dirigía la del coro “importante”.

Pero ¡coñe! si ya sabes lo que hay, ¿para qué los invitas, o es que sabías que la directora era joven y llevaba poco tiempo en el grupo y querías vengarte de algo o comértela con patatas?

Pues le salió mal a la señora, por que la que quedo mal fue ella. Di que la gente de aquí ya la conocemos y sabemos cómo es de genio y figura, pero a la pobre chica joven se le quedó una cara que no creo que canten más juntos, ni aun por favores.

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