4 may 2012

Me voy a Cambrils, a disfrazarme de turista

Por fin me voy unos días de vacaciones, je, je, je. ¿Y a dónde he engañado a mi santo, para que se venga conmigo? pues a Cambrils, en Tarragona; hasta la ciudad en que hasta hace poco tenia mi segunda vivienda; pero ahora me voy a no hacer nada, a que me lo den todo hecho, a no tener que discurrir mas que para ver qué me apetece de lo que hay en las bandejas para comer. Voy de cerdito glotón, de mujer sin miedo a engordar. Hasta que vuelva, ¡snif! 

Y a no tener que limpiar el apartamento como cada vez que llegaba y darme un sofocón nuevo, por que rara era la vez que no se había roto algo. Ya sé que es muy bonito tener una segunda vivienda, pero no sirve mas que para trabajar más, y menos para descansar como todas soñamos. Esa es mi opinión. 

Mientras eres joven todo te parece maravilloso y no ves nada fuera de sitio y los hijos disfrutan un montón, conforme te haces mayor ves las cosas de otra manera; te cansas más, los hijos ya no van tanto como antes…, hasta que lo vendes y entonces es cuando ellos son los primeros que lo echan de menos y entonces les apetece ir. Vamos, que les pica la entrepierna y se acuerdan de que allí era más fácil. Ahora me voy a unos de los hoteles que cada vez que pasaba de paseo por allí, me apetecía entrar. Bueno, espero que no pasa nada antes del lunes, que es cuando me voy. Yo ya he dajado a los hijos encargados de estar en casa cuidando al monstruo del perro, que es quien peor se queda.

De momento ya tengo los billetes del bus y el hotel reservado. Ahora a probarme el traje de baño y adarme un disgustillo, por que seguro que no me cabe entre las gruesas piernas y las mollas de la barriga, pero eso se arregla pronto, comprando otro, ja, ja, ja. O pasándome una lija basta y afinando las pieles.

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