14 jul 2012

Historias de pepinillos que cobran vida y se salen

Hoy me ha pasado unas de las mías, de esas que mis hombres las califican como “mamadas”, por lo de “la maaamaaaa”. 

Como yo todo lo tiro —según mi familia— tenía en un bote de cristal dentro de la nevera unos pepinillos en vinagre agridulce y me han parecido que estaban malos; ¿qué he hecho yo?; pues como tenían caldo los he tirado por el wáter, he tirado de la cadena con mirada de trabajo bien hecho y me he salido. 

Al rato veo que el perro lleva algo en la boca ¿qué será? ¡Dios un pepinillo! ¿De donde lo ha cogido?, voy corriendo al baño y ahí estaban algunoss pepinillos por el suelo, no ha tragado bien el contenido del bote y ha revocado los pepinillos y el agua por el suelo, ¡qué desastre!, no poco por los pepinos y el agua, que he tenido que recoger con mi santo, mientras mi hijo me echaba la bronca, por que había tirado, ojo, no ya los pepinos sino…; el caldo de los pepinos que es lo que les gusta a ellos, ponérselo en las ensaladas a modo de vinagre. 

—¡Pero si estaban malos!— decía yo, y ellos respondiéndome con cara de malos bobos, —a saber, como todo lo que te molesta lo tiras— 

La próxima vez se van a enterar, se van a beber el liquido a morro, que voy a ir guardando en la nevera una temporada, para ver si les entran unas buenas diarreas y se pasan el día en el water. Eso sí, de ayudarme a recoger el desastre poco, aparte de echarme la bronca se reían de mi; me tengo que vengar de alguna manera, pensaré qué hacerles. Quien ríe el ultimo, ríe mejor. Necesito ayudas para jorobarles con el castigo, porfa.

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