Hoy, que he dormido poco, me ha dado por pensar y me he dado cuenta que soy un poco… (no se como llamarme) lo dejo ahí y que cada una me llame como quiera.
Cuando me casé me compre un piso pequeño y sin ninguna comodidad, pero era lo que yo podía pagar. Luego tuvimos suerte y mi santo (que es muy trabajador) empezó a ganar dinero a base de hacer muchas horas y no tener ni vacaciones, ganar un poco más de lo normal y declararlo todo significa pagar más impuestos y no tener derecho a nada, ni becas para libros, ni comedores, ni guarderías municipales, ni nada de nada, mientras otros declaraban la mitad (y otro puñado en negro) y tenían derecho a más cosas que yo. Pero así ha sido y así hay que hacerlo.
Me cambié de piso cuando vimos que teníamos el dinero suficiente para pagarlo gracias a lo ahorrado, y el primer piso (que lo tuvimos que arreglar de arriba a bajo ya que tenia hasta cocina de carbón para que os hagáis a la idea), lo vendimos por lo que lo compramos, con lo cual perdimos dinero.
Siempre hemos declarado todo lo cobrado pero no por idiotas, sino por creencias sociales y así lo digo con la cabeza bien alta. Ahora, después de una larga baja médica por motivos de corazón, me lo mandaron al paro, el desempleo se acaba pronto, no lo quieren jubilar pues dicen que su corazón no es para tanto, aunque tenga mal el corazón y solo vea con un ojo de los dos, ¡snif!
En cinco meses nos vamos a quedar sin cobrar nada y ¿gracias a quien?, pues a todos estos que no piensan ni en ellos mismos; nosotros hemos pagado con todos nuestros impuestos, jubilaciones, paro y todo lo que se sufraga con nuestros impuestos. Mientras yo procuraba ahorrar para estos casos, otros se compraban lo que no podían y ahora tengo que seguir pagando con subidas de impuestos, sus malas cabezas.
Está muy mal que te echen de tu casa, quedarte sin nada, que haya gente que tenga mala suerte. Estoy segura que gran parte de la culpa la tienen los bancos, pero también digo que cada uno tiene que ser consciente de lo que puede comprar y ya sabemos que todos no podemos vivir como reyes, por mucho que nos empeñemos.
Y al final todo lo que yo he pagado ¿dónde está? Y tengo que pagar ahora el 21% de todas las cosas en IVA, la medicación (que es bastante la que toma mi santo), y todo por que algunos han querido vivir por encima de sus posibilidades. Así que me siento, tonta, tonta, tonta, y muy cabreada.

No hay comentarios:
Publicar un comentario