Pues ya se ha pasado la boda de los amigos. Muy emotiva, como suelen ser todas las bodas que te llegan al corazón por algo. Y mis hombres se portaron como se tenían que comportar, bien. Mi santo que suele echar algún mitin siempre que puede, ayer se contuvo y no hablo de la prima de riesgo ni de lo mal que va la política. Todo un detalle ¿cómo logró soportar ese deseo irrefrenable?, nunca lo sabremos.
La ceremonia estuvo muy bonita y de música había una chica junto al altar que tocó unos solos de arpa que sonaron de maravilla. La hermana de la novia le leyó unas pequeñas líneas, que es cuando aparte de llorar ella lloramos todos y llenó de emoción la boda como es lógico y está programado en todas ellas. Fue una cosa sencilla pero emotiva.
Y luego ya la fiesta, bueno la cena; primeros unos aperitivos “de diseño gastronómico” que con eso ya cenamos, y luego la cena propiamente dicha tal vez excesivamente copiosa. Durante la cena los amigos del novio fueron los que nos estuvieron entreteniendo entre plato y plato. Muy contentos todos y animados, para ser policías municipales. Habría que verlos hoy poniendo multas con la resaca.
Al baile y la recena no nos quedamos, ya era tarde y estábamos como que un poco cansados. Todo muy bien pero cada vez que pienso en los dineros que les ha costado y las horas que tiene que hacer la madre de la novia haciendo las piernas a la cera, no sé si merece la pena tanto dispendio abusivo.
Me dijo mi hija (que ella no vino a la cena), copia para cuando sea la nuestra. Ya he copiado y ya sé lo que tengo que hacer y lo que no tengo que hacer. No lo digo con detalle, pero os lo podéis imaginar.
Y una novedad, no cortaron ni la corbata, ni la liga, pero en cambio vendieron lotería de Navidad y lo recaudado se lo entregaron a los novios para los gastos del Viaje de Novios, es una buena idea, así si toca nos hacemos todos los amigos y familiares ricos y encima les hemos dado a los novios dinerico para su viaje.
Por cierto un viaje muy simple: Los Ángeles, Las Vegas, y San Francisco, ¡toma ya! La verdad, que estos son de los que ya han recorrido medio mundo antes de casarse, así que ahora les queda el otro medio. No, no, nadie es millonario ni tienen comercios, son todos trabajadores de los 8 horas al día, es decir, podría ser cierto que estamos todavía viviendo por encima de nuestras posibilidades y a costa de aumentar nuestras deudas. ¿Lograremos aprender?

No hay comentarios:
Publicar un comentario