5 jul 2012

Prefiero los helados que volver al dentista castigador

Pues yo de momento ya he terminado con el dentista. He pasado unos días malos con la “sacada de juicio” de la muela del juicio, pero ayer cuando se lo comenté al dentista me puso una especie de ungüento de hiervas verdes que sabían (y sigue sabiendo) a rayos y oye, como  nueva mano de santo. ¿Desde cuando los dentistas de carrera ponen hiervas en las muleas?, pues secreto de Estado debe ser.

Pues ¡coñe!, si es así, ¿por qué no me lo pusieron antes y no que pasé un fin de semana malísimo?, pero bueno, como se suele decir, más vale tarde que nunca. Ahora eso si, les he podido engañar un poco y decir que la limpieza de la boca para septiembre, que con una hora de boca abierta por día de consulta, ya valía, y así lo hemos dejado, luego haré tras el verano lo que quiera, pero la verdad es que tanto dentista en tan pocos días era demasiado; estoy bastante grogui, mas que cuando me bebo un whisky, llevo unos días, que la cabeza no sabe bien por donde mirar y me pesa más que el cuerpo, parece que me voy a los lados, que no voy en línea recta, pero solo lo parece más que nada por que si no, ya me habrían atropellado.
Tanta anestesia debe de ser malo, dice mi hijo que es como si yo fuera drogada, pues si así es lo que les pasa a los que se drogan, vaya ganas de gastarse el dinero en sentirse mal.
Bueno cuando llegue septiembre ya veremos lo que hago con mi boca, igual soy buena chica y por mi salud me hago la limpieza, aunque eso de que me dejen la boca toda movida y dolorida, como que no estoy mucho por la labor. 
En fin primero veremos como pasamos el verano, el dinerito que me queda después de comer heladicos —esos que tampoco puede comer, pero que de algo hay que morir—, y ya llegara el otoño y hablaremos de mi boca.  ¿No teníamos crisis de la gorda, pues le hecharemos la culpa a la crisis.  

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