Pues aquí estoy otra vez para daros la paliza un poco con mis cosas. No es que esté bien, pero poco a poco tengo que volver a hacer lo mismo que antes, aunque no tengo ganas. Me di un buen susto y poco a poco me voy recuperando. Me levanto de la cama, con la ayuda de mi hijo, y aun así parece que me voy a romper, paso unos minutos malísimos que no se lo deseo ni a mi peor enemigo pero en cuanto me caliento un poco, parece que estoy mejor.
Por favor siempre, ¡¡siempre!!, con cinturón cuando vayas en coche es lo que nos salvo a los dos, por el cinturón voy con moraduras, que son precisamente las que menos me duelen, solo son aparatosas y cuando vas por la calle es la que avisa a la gente conocida del barrio de lo que ha pasado, pero lo que me duele son los músculos interiores, que esos no se ven, y el alma. Espero que poco a poco se vaya pasando, porque llevamos una semana y estoy casi igual que el sábado pasado. Por poner algo de humor os diré que aparte del cinturón creo que me ayudó la grasa que llevo a mi alrededor, que amortiguó un poco los golpes ya que dimos varias vueltas.
Yo, que nunca me he querido montar en los autos de choque, montaña rusa, y todas esas atracciones arriesgadas, pues mira, todas de golpe.
Doy las gracias a mis hijos que son los que me están ayudando mucho, en todos los sentidos, y a los amigos que tenemos que son amigos de los de verdad, de los que aunque te veas poco, están ahí para cuando te hacen falta, que esos si que son amigos, ya que familia solo tenemos a mi cuñado que también ha estado con nosotros. Y gracias muchas gracias, aunque sé que no se van a enterar, a todos los que nos ayudaros en la carretera, gente que paro, y sobre todo a los de las ambulancias que nos atendieron, que fueron muy, pero que muy amables y muy humanos, y los médicos y enfermeras del hospital de San Pedro de Logroño.
Otro día con mas ganas os lo cuento.
Mi santo ve mal con un ojo, pero tiene menos dolores.

Las pequeñas heridas internas se te curarán pronto. A mi me preocupan más las de más adentro. Y esas las tenemos que vencer con dos bemoles.
ResponderEliminarOtro abrazo más, valiente.
Los hijos hacemos lo que nos dicta la conciencia y por los padres lo que sea, lo que haga falta.
ResponderEliminarTodo se cura con paciencia, tiempo y el cariño de todos.
Un puñado de besos.
Os deseo una rápida recuperación.
ResponderEliminarBesos.