Pues aquí estoy, bien madrugada la mañana por culpa del Sálvame de Lux, que no he podido dormir. Después de ver una buena película de Madonna — parecía casi porno erótica pero no lo era— y con la envidia de no poder hacer las cosas que hacía ella, la rubia provocativa, primero por la edad y segundo por que tengo a mi hijo de 23 años en casa y no es plan de que se asuste, je, je, con mis posturas sexuales festivas, no se me ocurrió otra cosa que poner Sálvame, de Lux y ¡zas!, ahí estaba el tío del Rey de nombre zarzuelero, que no dijo nada pero asusta un poco con esos bigotes y además la “Toya” —no la hermana de Michel Jackson, mas conocido como el negro blanco— si no la madre de uno que buscaba novia por la tele en algún programa de estos que hay ahora.
No digo que la señora sea fea —solo rara de mirar— pero a ciertas horas de la noche, no podemos poner según que cosas que den miedo al personal sensible como yo, por que luego pasa lo que me ha pasado a mi, que no he dormido del susto que me llevé al verlos a los dos juntos y a la vez.
No sé de que iba el tema, por que tal cual lo puse lo quité hipnotizada con sus caretos, pero me lo imagino: de los elefantes. Con la gente que hay preparada en el paro, jóvenes que son los que tienen que trabajar, y me tienen que poner a esta señora rara de mirar de nueva colaboradora.
Esta programa esta perdiendo muchos puntos, por lo menos para mi. Ya sé que todos tenemos derecho a trabajar, pero mujer, un poco de respeto, esta señora por su edad y siendo esposa de un cónsul y con lo que ha trabajado tiene derecho a un descanso. ¿Tú sabes lo que habrá sido su vida, yendo de país en país y conociendo a todos mandatarios, a esas cenas tan pesadas y esos bailes con vestidos largos con lo que pesan y los tacones aguantando hasta altas horas de noche? Un drama personal, seguro. Pues eso, que creo que ya se ha merecido su descanso. Y que nos pongan a otras pero, por favor, al monstruo de la Aída Nizar tampoco. Creo que soy demasiado exigente je, je. Tengo sueño, empezaba a quedarme somnolienta y voy ahora y me viene a la mente la Aida Nizar. ¡Zas! Otra vez asustada y despierta, no doy una.
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