No se si hacerle caso a mi cabeza y a mi corazón o al tiempo atmosférico que nunca es acertado por los muchos que se dedican a dar en el calvo. Parece cosas de brujería.
Resulta que yo me quería ir unos días a perderme por ahí, pero he estado mirando el tiempo y es que no me lo puedo creer, según veo en Internet, va a llover por toda España toda la semana, de punta a punta, ciudad que miro ciudad que llueve —¿qué hago?, me pregunto.
Con lo que se equivocan los-las del tiempo, pero como tengo tan buena suerte, seguro que aciertan esta vez y me llueve. Y no es que pase nada por que llueva, que para eso se inventaron los paraguas, pero ¡coñe!, si me quiero ir a la playa lo normal seria que algo de sol hiciera ¿no? Así que aquí estoy, con mi duda pesándome los sesos.
Luego están las ganas que tiene mi santo y lo ocupado que está, que para ser un jubilado-parado o un parado-jubilado —no sé muy bien que es lo primero— tiene mas reuniones que los ministros, así que aquí estoy, con mis dudas.
Con los problemas que hay es España y yo pensando en irme de juerga; bueno juerga no lo llamaremos, lo llamamos descanso que es muy eficiente.
Por que a mi el cuerpo de vez en cuando me pide cambiar de ciudad, de comida, de ambiente, de todo eso que no hacemos cuando estamos en nuestra casa, por que además, con mi hijo siempre en ella, en casa una no puedo ni ponerme en pelotas si me apetece, que no es el caso je, je, pero creo que me entenderéis.
¿Por que no llueve siempre por la noche que vendría bien a todos? —perdón, a los recogedores de basuras, que esos siempre van de noche, no— con los inventos que hay y no podían hacer que de 9 de la mañana a 9 de la noche no lloviera nunca. Vamos, pensando en los jubilados más bien. Esta tarde se va mi hijo con los amigos. Vale, que sí, que esta tarde mismo me pongo en pelotas por la casa para compensarme yo misma. Igual me asusto, no sé al final si ponerme en pelotas o ponerme a jugar con las pelotas de mi marido, lo pensaré.
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